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Comunidad internacional. Nunca este término ha sido tan
desprestigiado en el mundo occidental. Por interesado, inoperante, insensible,
inútil, … Y como esta comunidad está llena de personas pues es aplicable a las
mismas.
Hace ya tiempo que se acabaron los adjetivos, hipérboles
y otras figuras lingüísticas para nombrarlos. Esto sirve para consuelo
personal, pero mucho más, no. Estos que, de alguna manera, nos representan han
tirado por tierra toda la autoridad que podían representar.
La cuestión es pensar, entonces que nos queda.
Ahora están en el incentivo oral de una guerra nuclear,
total. Y nadie dice nada, solo la ONU, abrumada por tanta mediocridad entre los
mandatarios, se resiste y sigue denunciando lo insoportable que nos muestran
las imágenes que “cuelan” en nuestras casas por la TV. Y preocupa pues
recordamos la campaña occidental con la invasión de Rusia a Ucrania, tardaron
unos dos meses de campaña y occidente aprovechó, de la mano de USA, a redefinir
la OTAN, volver a activar la guerra fría y convencer a algunos países,
anteriormente neutrales como socios prioritarios de la gran defensa occidental.
Quien se acuerda del fiasco de Afganistán. Alguien recuerda que el conflicto
Rusia Ucrania, comenzó en el año 2014. Que pasa con los tratados, la
legislación internacional aplicable a Israel. Alguien recuerda que el conflicto
Israel-palestina está vigente desde hace unos 70 años.
Que poca inteligencia por parte de Israel con lo que está
haciendo con el visto bueno de occidente, de la comunidad internacional. Acabe
como acabe este conflicto quien va a acoger a alguien que se comportó de esa
manera. Sus rentas se acaban en el holocausto, y después qué.
Ya la propia estructura organizativa de la ONU, muestra
sus dudas democráticas. Y la justicia internacional con lo que decida, como va
a aplicar su sentencia. Falta el núcleo justo y honesto que de valor a los
actos.
En todos estos conflictos quien piensa en las personas
afectadas, n a d i e. Lo importante es que Rusia no gane la guerra y que le
puedan incomodar a Israel. Triste, ¡Verdad!.
Puede que nos quede el “sálvese quien pueda”.
csl