Si somos capaces de hacer una puesta a cero de lo que somos (liberarnos de las influencias culturales, religiosas y mediáticas).
Cuando somos conscientes de que nos han devuelto la palabra, (en ocasiones el ruido propagandístico, la tendencia políticamente correcta, lo mediático, nos retira la palabra).
Cuando logramos una cierta independencia a la influencia de lo ruidoso y mediático y nos convertimos en agnósticos, laicos y humanistas en el sentido mas literal del termino, apoyados por el conocimiento cuyas reglas, los humanos, son lo mas objetivo que hemos podido lograr (la Ciencia), podemos llegar a conclusiones, a veces, a contracorriente y poco populares. Aun así existe una cierta necesidad de compartirlas a sabiendas de encontrar una fuerte y visceral resistencia llevadas por la tendencia del acomodamiento y de un imparable “progresismo”, en contra del razonamiento.
En ocasiones en un alarde de objetividad y simplicidad podemos encontrar respuestas a cuestiones fundamentales que están enfangadas, turbias y embotadas en nuestro razonamiento, obteniendo respuestas simples que no por ello valiosas.
Desde el Conocimiento:
Desde el conocimiento, es sabido que el proyecto del ser humano comienza en condiciones naturales por la interacción de un espermatozoide con un ovulo, dando por resultado, un cigoto (Célula resultante de la unión de un gameto masculino y un gameto femenino, y que constituye un nuevo ser vivo), esto es posible merced a un coito realizado entre un hombre y una mujer. Si las condiciones naturales son normales, esto evoluciona a un parto en el que el humano deja una dependencia fundamental de la portadora para iniciar un grado de “independencia”, no depende necesariamente de la portadora, independencia in crescendo hasta su autosuficiencia.
Debido precisamente al conocimiento, nos permite interactuar con los elementos espermatozoide y ovulo para dotar de las mejores condiciones para lograr un cigoto con garantías de desarrollo, donde invertimos esfuerzos y recursos.
La cuestión es que debido al conocimiento, el saber, el proyecto humano comienza en el momento de la fecundación y finaliza con su muerte en momentos posteriores.
Es importante el conocimiento, el saber, pues es lo que nos obliga.
A continuación se recuerdan artículos y leyes relativas a la vida.
Declaración Universal de los Derechos humanos.
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Constitución Española Art. 10 y 15 (en documento aparte, etiqueta divulgación)
Ley del Aborto en España (en documento aparte, etiqueta divulgación)
No es mi intención incluir este recordatorio para argumentar legalmente sobre la situación y debatir sobre “individuo ó persona”, el objetivo es mucho más simple, se trata de aplicar el razonamiento sobre el conocimiento.
Según el conocimiento.
La vida humana comienza con un cigoto y finaliza en la muerte.
Para la consecución de un cigoto es preciso en condiciones naturales la participación de dos personas un hombre y una mujer merced a un coito. La mujer será portadora durante 9 meses y el hombre es co responsable al menos en un 50% por la aportación genética y con posibilidad de identificación por parte de la mujer o por un análisis de ADN.
Según este conocimiento las sociedades deciden proteger la vida de los humanos manifestadas en artículos y leyes universales por encima de intereses particulares. Y se constata que el cigoto es cosa de dos.
Partiendo de estos principios el objetivo a defender es la vida de otro, máxime cuando este no puede decidir sobre ella.
Lo único que tiene el ser humano en propiedad es su vida, de la que debería decidir solo él.
Por tanto, una vez más, el conocimiento obliga.
Si lo que tenemos que defender es la vida, entonces razonemos en base a nuestro conocimiento sobre los distintos sistemas de control que tenemos actualmente.
Los medios anticonceptivos de barrera como el preservativo, permite el coito y evita el cigoto. Solo la ética en su intencionalidad puede reprochar su uso.
La píldora, como tratamiento anticonceptivo, que evita la ovulación evita la formación de un cigoto. Puede tener efectos secundarios sobre la mujer.
La píldora del día después, no permite que el cigoto continúe con su desarrollo, si este existe.
La decisión tomada por la portadora del embrión:
Esta decisión cualquiera que sea debería ser consensuada con la otra parte puesto que el embrión es cosa de dos.
La limitación sicológica por parte de la portadora para llevar a buen puerto el proyecto de vida, debería ser atendida sicológicamente y no ser determinante en cuanto a una decisión terminal puesto que es temporal y está decidiendo sobre otro, además habrá que tener en cuenta la limitación sicológica de la otra parte, el potencialmente padre que puede influir positiva o negativamente en la decisión final. El estado, garante de los principios fundamentales, en base a sus manifestaciones y compromisos con la vida, expresados en leyes y acuerdos internacionales, tendría que hacerse cargo del nacido si no se supera la problemática sicológica.
Existe una cierta contradicción dado que en la naturaleza, existe por parte de la portadora de la nueva vida, un mecanismo sicológico instintivo que tiende y se manifiesta hacia la protección de esa vida, en ocasiones de forma denominada heroica por las dificultades que tiene que superar para sacar adelante ese proyecto de vida.
La limitación económica no es una parcela exclusiva de la mujer, es cosa de dos, como se demuestra ante la “sensibilidad” de la justicia pasados 9 meses desde la concepción, en donde es exigible al padre su aportación económica para el sustento del hijo. El estado, garante de los principios fundamentales, en base a sus manifestaciones y compromisos con la vida, expresados en leyes y acuerdos internacionales, tendría que hacerse cargo del nacido poniendo a disposición de los padres los recursos económicos suficientes para sacar adelante el proyecto de vida.
Como contrapartida se observa la decisión de algunas portadoras de interrumpir el proyecto de vida, de forma unilateral, y en muchas ocasiones sin conocimiento de la otra parte, con razones poco fundadas en base a la modificación de su propio proyecto personal que se manifiesta como una debilidad sicológica que pretende obtener una fuerza mayor para justificar la interrupción del proyecto de vida humana. También se alegan pocas garantías sanitarias a la hora de interrumpir el proyecto de vida que pone en riesgo incluso la vida de la portadora que decide de manera irrenunciable esa interrupción aun a costa de su propia vida.
Que es lo importante, de que estamos hablando, de la mujer o del ser humano?:
El foco de la discusión esta actualmente puesto en la mujer (portadora), el hombre participante en la cuestión, es absolutamente ignorado y por la parte reivindicativa de los hombres, parece ser que es un asunto totalmente abdicado. Mas ignorado es el ser humano en su fase, parte central del asunto, sin voz ni voto, por tanto sin posibilidad de reivindicación alguna, ante su destrucción con permiso legal.
Cinco meses después del plazo de aborto (3,5 meses), el hombre cobra protagonismo y legalmente esta obligado a contribuir al menos económicamente para sacar adelante el proyecto de vida, en este caso “autónoma” del recién nacido.
Como se resolvería el contencioso entre una pareja que por sus actuaciones hayan puesto en marcha un proyecto de vida humana, en la que la mujer (portadora), decida truncar esa vida y el hombre (co participe) decida que no. Actualmente la ley no da opciones a la decisión del hombre, todo está en manos de la mujer, aunque poco tiempo después si la mujer decide llevar adelante el proyecto el hombre cobra un obligado protagonismo principal.
La Cuadratura del Círculo.
Parece ser que ninguno de los pasos en los que se ha avanzado, esta definitivamente cerrado. No esta resuelto en la Sociedad el “Derecho” de la mujer a decidir unilateralmente sobre un proyecto de vida. La contestación social así parece indicarlo.
Se constata la existencia de un Ser humano (embrión).
Hay dos personas responsables de esa existencia. Una de ellas es portadora temporalmente, potencialmente madre, la otra es coparticipe, potencialmente padre.
Por tanto hay tres elementos a considerar y los tres son vidas humanas.
Habrá que considerar las razones para eliminar alguno de estos elementos por parte de otros Si hay algo que defender, es la vida. Eso al menos es lo que se postula en las legislaciones mas evolucionadas.
El embrión es un elemento pasivo, único e irrepetible con una dependencia fundamental temporal, no puede decir nada ni decidir nada y está a expensas de lo que decidan sus responsables (Padres y Estado) en una sociedad avanzada y civilizada.
El potencialmente padre debería ser informado de la existencia del embrión si no lo sabe y ser consciente de la responsabilidad que tiene en el futuro de este.
La potencialmente madre es la mas afectada porque es la portadora y tiene la responsabilidad de que, dependiendo de su comportamiento y decisiones, el embrión pueda continuar su desarrollo.
Las Administraciones públicas al ser conocedores de la existencia de un embrión, tendría la obligación de cumplir con lo que postula – la protección y defensa de la vida - .
Pero no todo es rosa en la vida.
La angustia y ansiedad que puede sentir la potencialmente madre ante un compromiso por vida, según las circunstancias, la presión social de convertirse en una madre joven, el entorno familiar, el truncamiento de un proyecto personal, la situación de una economía precaria, la falta de apoyo social y de su entorno mas intimo, etc.
La dejadez, “pasotismo” o abandono del potencialmente padre que no siente lo que ha concebido porque lo desconoce o siendo consciente de ello, o el terror escénico por las mismas razones que puede sentir la potencialmente madre.
Al Estado le correspondería, como se ha dicho antes, atender lo que postula con respecto a la vida y ello supone atender los inconvenientes que suponen para los potencialmente padres y madres y no se convierta en una huida hacia delante que lo único que logra es la incongruencia y multiplica la frustración.
Podríamos dar solución a todos desde la coherencia y no es incompatible con la defensa de todos los intereses.
Podemos considerar que la información de cómo funciona el proyecto de vida humano es conocido por las personas involucradas, aclarando que es información básica, cultura general y nada científico desde el conocimiento actual.
Somos concientes y responsables de nuestros actos.
Entonces por que no protegemos lo más valioso, a nosotros mismos.
Los errores cometidos tendremos que asumirlos.
Ayudemos a los que hayan incurrido en errores, no los castiguemos, pero no es posible evitar la responsabilidad con medidas drásticas de adjudicar derechos imposibles y abdicaciones de los responsables con la grave pena impuesta al no nacido.
Promocionemos los medios anticonceptivos de barrera.
Aconsejemos los medios anticonceptivos de ovulación y espermicidas.
Advirtamos de las consecuencias de medios de destrucción de proyectos en marcha fundamentalmente en lo que se refiere a la salud física y mental.
Y lo más importante exijamos al Estado la protección debida a los potenciales padres, dándoles apoyo sicológico y apoyo económico.
Partimos de una situación inducida pesimista y derrotista en cuanto al hecho de ser padre o madre, aun en edades tempranas en donde se truncan los proyectos personales de las personas que parece que pueden sobre todo. ¿Como se puede ser padre o madre, en el caso de España, sin haber ido antes a Canarias o la Republica Dominicana, con la anuencia de la Sociedad?.
Ser madre o padre no es ningún drama, todo lo contrario, es un motivo de maduración maravillosa que hay que apoyar cuando se de, tanto por el entorno mas íntimo como por las administraciones públicas. Puesto que puede existir un desfase entre maduración física y psicológica, en contra del derrotismo de la corriente actual que condena a priori esta situación.
Actualmente y va in crescendo la ciencia nos aporta nuevas soluciones a la problemática que supone tener la responsabilidad de ocuparse de un hijo. Y estas soluciones pueden ayudar a encajar todas las piezas.
La evolución de la ciencia nos va marcando el paso en temas de plazos.
El tiempo de una gestación se estima en 40 semanas.
Un niño en la década de los 60 con un peso al nacimiento de 1kg. tenia una probabilidad de sobrevivir de un 5% y en los 2000 tiene una probabilidad de un 95%.
En la década de los 2.000 los neonatos de 22 semanas tienen posibilidades de supervivencia.
¿Podemos pensar razonablemente que estos datos mejorarán con el tiempo?.
Puede ser que tan traumático sea, entrar en un quirófano para abortar, o entrar en un quirófano para una cesárea programada y liberar al feto o neonato para continuar su dependencia en una incubadora, a cargo del Estado, previa decisión de la portadora, para sacar adelante el proyecto de vida.
Se trataría de liberar de la incompetencia de una madre potencial a favor de un proyecto de vida.
Vamos hacia atrás o hacia delante?, podemos dar marcha atrás?, lo conseguido es lo mas avanzado?. Puede ser que lo “progresista” consista en la autofagocitación?.
Lo podríamos solucionar creando un ambiente en la Sociedad que asuma con normalidad el caso de un embarazo, en el que ser madre tiene también el apoyo obligado en responsabilidad del padre y el apoyo sicológico y económico de las Autoridades.
Parece ser que solo avanzamos en el tiempo, pero poco resolvemos.
© csl.