Aunque la modificación de la Ley del Aborto a través del Proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, según se suceden los hechos, tiene buena lógica y coherencia, produce en la Sociedad Española una reacción virulenta que una vez quitadas las paranoias de la oposición del PP y de la mediatización de los representantes de la Iglesia Católica en su legitimo derecho, se puede ver a personas con buen criterio y formación una vez mas descolocadas, sin foro donde opinar sin gritos, pero con buen criterio y condenadas a un ostracismo que les convierte en autistas dolorosos.
Nada de quien opina sobre este asunto interesa de verdad, quizás porque hemos rebajado el listón de credibilidad a niveles rastreros, aviso a los navegantes para los medios de comunicación, en este país se han ganado el titulo de tertulianos personas cuyo objetivo es participar en la tertulia mas por el escándalo que pueden provocar que por lo que pueden aportar, así siendo expertos de todo, opinan de todo, el daño está hecho.
La modificación de la Ley del Aborto provoca reacción virulenta porque una buena parte de la Sociedad no está de acuerdo con el Aborto, por tanto pasan del matiz de la modificación de la ley, aunque también les produzca sonrojo. Se puede decir que a estas alturas no toca hablar de esta situación, que esta situación esta superada en el tiempo, etc. Pero no es así, una parte muy importante de la Sociedad no admite el aborto, quizás porque en su Cultura General no le cuadran las cosas, quizás porque cree que a pesar de que no sea deseado el embarazo es desproporcionado el desenlace para resolverlo.
Muchas personas no entienden como después de haberse partido el alma por sacar adelante a sus hijos, ahora sus hijos puedan tirar por la borda, con la anuencia estatal, los compromisos que ante el ser humano tiene los humanos, que es proteger y defender a los suyos. Y ahora que tantas ayudas tenemos, dirían ellos.
Eso es algo que tienen interiorizados nuestros padres y nuestros abuelos, no es necesario acudir a los Derechos Fundamentales de la ONU.
Tan mala era la educación de nuestros padres y abuelos que les hacían pensar y actuar así. Es esta la manera de progresar?.
El conocimiento que nos da la Ciencia hace que personas cultas y cultivadas y el instinto de muchas madres sean capaces de separar el ruido mediático y entren directamente en contradicción con propuestas seudo-progresistas que nos abocan a una decadencia del ser humano.
Podría ser que tergiversáramos las cosas para que en un impulso de falso progresismo y de un intento legítimo de equiparar a la mujer en derechos con el hombre nos excediéramos a adjudicar “derechos” inasumibles a las mujeres.
© csl.
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