En el caso de la religión católica:
El confesionario, kiosco liberador de los pesos de las conciencias. Preconizador de las técnicas psiquiátricas y psicológicas del psicoanálisis.
Fidelización de las ovejas del rebaño con técnicas repetitivas de voz y gestos. Una terapia de grupo en un escenario visual colorista y participativo. Preconizador del marketing en sus técnicas de Imagen y Fidelización del cliente.
Cantos que refuerzan los lazos del rebaño y celebran la cena en la que participan.
Expresión espontánea en cenas señaladas en la que los participantes se unen a la celebración para satisfacción personal y creación de lazos de cohesión con el grupo.
Adoración de símbolos presentes externos e internos (santigüarse).
Preconización de técnicas publicitarias externas y subliminales de logotipo, formas, colores y sonidos.
Todo para convencernos de vivir la vida de otro en el pasado, olvidando vivir nuestra propia vida en el tiempo presente.
Todo para señalarnos un camino a seguir con la amenaza de que si lo abandonamos, vagaremos errantes por el “mas allá”, hasta que la misericordia del que todo lo tiene y todo lo es, decida restaurarnos a un estado de bienestar.
Todos los palos en las ruedas para evitar que el raciocinio individual pueda negar las grandes verdades religiosas.
Se niega lo científico hasta el límite de lo esperpéntico y se dan soluciones muy imaginativas pero inasumibles hasta por ellos mismos, se acuerdan del limbo de los justos.
Soltemos lastre, superemos las amenazas y seamos nosotros mismos con el conocimiento y el ejemplo como experiencia y el razonamiento y la ciencia para el presente y futuro.
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