Ello no supone que después del acto que se celebre, el individuo o los colectivos, vayan a celebrarlo a la Basílica del Pilar o a la Mezquita de Córdoba.
Por ejemplo en la toma de posesión como Ministros de España, si alguien demanda otro símbolo que no sea su compromiso ante todos los españoles delante de la Constitución, es muy libre posteriormente de acudir ante su dios y refirmar su compromiso. A los españoles nos llega con el ejemplar de la Constitución.
Este respeto a la letra de la Constitución también es aplicable a salas de vista de los juzgados, organismos públicos, … y con mayor razón a las aulas en donde pretendemos educar, desde el punto de vista estatal y a costa de todos, a nuestros hijos.
Por tanto y después del periodo de cortesía, a partir del curso 1979-1980 estos signos deberían ser retirados de estos lugares públicos. De modo que llevamos 30 años de falta de respeto.
© csl
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