¿POR
QUÉ HACEMOS COMPOSTAJE?
Tres consideraciones:
- Los residuos se han de evitar
- Los residuos inevitables se han de aprovechar
- Los residuos no aprovechables se han de tratar de una manera ambientalmente correcta
GENERALIDADES:
En la naturaleza todo se recicla. Lo que sale de la tierra
vuelve a ella en forma de excrementos, hojas, cadáveres, etc. Un sin fin de
descomponedores y carroñeros, desde el buitre, pasando por las lombrices y las
ratas, hasta millones de microorganismos, se encargan de cerrar el ciclo
manteniendo la fertilidad del suelo. De esta forma son posibles prodigios de
fertilidad como las selvas tropicales, situadas sobre suelos sumamente
frágiles.
De la devolución de la materia orgánica a las tierras agrícolas
depende el mantenimiento de la fertilidad del suelo. En cada barco de trigo que
los romanos cargaban de Sicilia se llevaban parte de la fertilidad de su
tierra, acumulada durante siglos.
La mal llamada revolución verde y la teoría de Leibig de la
nutrición mineral, verdad a medias que reducía la alimentación de las plantas a
nitrógeno, fósforo y potasio, ignorando la importancia de los oligoelementos y
los microorganismos del suelo, dio pie al desarrollo de la industria de
fertilizantes químicos y al abandono progresivo del abonado orgánico.
El desarrollo de la edafología (ciencia que estudia los
suelos) ha confirmado que no sólo de nitrógeno, potasio y fósforo viven las
plantas y que en su crecimiento intervienen otros elementos químicos, así como
hormonas, vitaminas, etc. La tierra fértil, en lugar de ser un mero soporte
físico inerte, es un complejo laboratorio en el que tienen lugar procesos
vivos.
Las tierras o suelos fértiles constan de cuatro componentes:
materia mineral, materia orgánica (con abundancia de seres vivos), aire y agua.
Todos íntimamente ligados entre sí y originando un medio ideal para el
crecimiento de las plantas.
De estos componentes, la materia orgánica representa, en
líneas generales, el menor porcentaje, tanto en peso como en volumen. A pesar
de ello su importancia es muy grande y no sólo mejora las propiedades físicas y
químicas de la tierra, sino el desarrollo de los cultivos.
Los aportes de materia orgánica están sometidos a una
continua transformación por parte de organismos vivos. Como resultado de dicha transformación,
son devueltos a la tierra elementos necesarios para la nutrición de las
plantas.
La fracción superior de la tierra de color oscuro, con la
materia orgánica muy descompuesta, es el llamado humus. Un puñado contiene
millones de microorganismos que lo usan como sustrato. Dentro de la materia
orgánica del suelo, el humus representa del 85% al 90% del total; por ello,
hablar de materia orgánica del suelo y de la fracción húmica es casi
equivalente.
COMPOST.-
El compostaje es tan viejo como el mundo, aunque está siendo
redescubierto y potenciado con nuevos aportes biotecnológicos. La necesidad de
preservar vertederos, manipular grandes volúmenes de residuos orgánicos de
forma que se evite la contaminación, y al mismo tiempo la obtención de un
producto final reutilizable, ha desarrollado en los países industrializados una
importantísima actividad compostadora. Con poco esfuerzo se obtienen resultados
muy satisfactorios.
La conversión en compost de los residuos orgánicos es una técnica
conocida y de fácil aplicación, que permite tratar de manera racional,
económica y segura, diferentes residuos orgánicos y conservar los nutrientes
presentes en estos residuos, aprovechándolos en agricultura. Consiste en la
descomposición biológica, en condiciones controladas, aerobias y termófilas, de
residuos orgánicos.
Se utiliza el término descomposición, en vez de
estabilización, porque no siempre se puede asegurar que la estabilización de la
materia orgánica sea total. La llamamos biológica, y mejor dicho,
microbiológica, para diferenciarla de otros procesos de descomposición física o
química. Se habla de condiciones controladas, sobretodo de temperatura, humedad
y contenido de O2, para diferenciarla de la putrefacción
incontrolada que tiene lugar en los vertederos.
Se define aerobia, porque es necesaria la aportación de
oxígeno para conseguir temperaturas más altas, acelerar el proceso, eliminar
olores y la mayoría de agentes patógenos, parásitos o molestos, como semillas
indeseables, y para diferenciarla de la descomposición anaerobia, sin O2,
cuyo proceso es más lento y se lleva a cabo, principalmente, para la obtención
de metano.
La severa legislación y normativas ambientales, apoyos y
subsidios, una industria apropiada e innovadora y un mercado consciente y
demandante del producto, están llevando al compost a ocupar un lugar importante
para cultivos, forestaciones, espacios verdes, etc.
La producción de humus es el resultado final del compostaje.
El humus es la vida del suelo y debe estar presente en él para ser fértil. Un
total de sólo un uno o 2% es necesario para diferenciar un suelo fértil y otro
que no lo es. La mayoría de los nutrientes de los minerales del suelo
permanecerán no asimilables por las plantas en los suelos pobres o carentes de
humus.
El compost, debido al humus contenido y otras propiedades,
es más valioso para el suelo que los estiércoles u otros residuos orgánicos.
Éstos son aplicados al suelo en un intento por incrementar el contenido de
humus, pero en general esto no sucede. Los estiércoles, incorporados o en
superficie, al no haber sufrido los procesos fermentativos del compostaje,
pierden nutrientes, y éstos, principalmente el nitrógeno, son lixiviados
contaminando gravemente las capas freáticas. Además, pueden estar contaminados
con insectos, bacterias o semillas que no deberían retornar a los cultivos.
Un compostaje adecuado genera suficiente temperatura para
matar semillas y bacterias patógenas. Este proceso no debe atraer moscas,
insectos, roedores, ni debe generar olores desagradables. El producto final es
de color marrón oscuro, inodoro o con olor al humus natural. Es estable en
cuanto el proceso de fermentación está esencialmente finalizado.
El compostaje de residuos permite la reducción de los mismos
y la obtención de un producto valorizable. Casi todos los residuos orgánicos,
que tienen su origen en los seres vivos, tanto animales como vegetales, pueden
ser transformados en compost. Debe tenerse en cuenta que es un procedimiento de
reducción de residuos, y no, necesariamente, un negocio.
Puede definirse el compost como el producto que se obtiene
al someter la materia orgánica a un proceso de fermentación aerobia o
degradación, hasta que se transforma en una mezcla estable, lo más homogénea
posible, sanitariamente neutra y que guarde una relación entre sus componentes
que le confieran un buen valor agronómico.
El compost es un abono y una excelente herramienta orgánica
del suelo, útil en la agricultura, jardinería y obra pública porque:
- Mejora las propiedades químicas y biológicas de los suelos.
- Hace más sueltos y porosos los terrenos compactos y enmienda los arenosos.
- Hace que el suelo retenga más el agua.
- Ahorra abonos químicos (los retiene y evita que se lixivien).
El compostaje es una técnica utilizada desde siempre por los
agricultores, que, consistía en el apilamiento de los residuos de la casa, los
excrementos de animales y los residuos de la cosecha, con el fin de que se
descompusieran y se transformasen en productos más fácilmente manejables.
Era un proceso lento, no siempre se conservaban al máximo
los nutrientes vegetales contenidos en los residuos y casi nunca se aseguraba
una higiene de la mezcla. El desarrollo de la técnica del compostaje tiene su
origen en la India, con las experiencias hechas por el inglés Albert Howard a
principios del siglo XX. Su éxito consistió en combinar sus conocimientos
científicos con los tradicionales de los campesinos.
Su método se basaba en fermentar una mezcla de desechos
vegetales y excrementos animales manteniéndolos húmedos. El proceso consistía
en mantener las mezclas durante 3-6 meses en pilas de 1,5 metros de altura,
volteándolas un par de veces. El compostaje que se practica en la actualidad es
un proceso aerobio que combina fases mesófilas (15 a 45 ºC) y termófilas (45 a
70 ºC) para conseguir la transformación de un residuo orgánico en un producto
estable, aplicable al suelo como abono o enmienda.
Los resultados de este tratamiento son una reducción de masa
y volumen, la reducción del contenido de humedad y la estabilización de la
materia orgánica, permitiendo su uso agrícola o en jardinería. Su principal
inconveniente es que el gasto de transporte se convierte en criterio definitivo
para su utilización.
La estabilización de la materia orgánica se consigue por la
oxidación de las moléculas complejas, que se transforman en otras más sencillas
y estables. En este proceso se desarrolla calor que, al elevar la temperatura
de la masa, produce la esterilización de ésta y la eliminación de agentes
patógenos y semillas indeseables.
El proceso lo llevan a cabo los microorganismos (bacterias y
hongos), y nuestra intervención se limita a proporcionar las condiciones
idóneas para que el proceso se realice con la máxima rapidez y eficacia. Los
factores que puedan limitar la vida y desarrollo de estos microorganismos,
serán, pues, factores limitativos del proceso. En el proceso del compostaje, la
mezcla de los distintos residuos orgánicos y su grado de trituración son
variables del máximo interés. Un buen progreso del proceso requiere la
aportación de aire y el mantenimiento de una porosidad adecuada en la masa.
CONDICIONANTES
DEL COMPOSTAJE.-
Son muchos y muy complejos los factores que intervienen en
cualquier proceso biológico. Todas estas variables están a su vez influenciadas
por las condiciones ambientales, tipo de residuo a tratar, la técnica de
compostaje, la manera en que se desarrolla la operación y por la interacción
entre ellas.
LA
FRACCIÓN ORGÁNICA.-
La fracción orgánica procedente de la recogida selectiva se
tamiza para eliminar las impurezas que aún contenga y pasa por un último
control que se realiza manualmente. Después, un electroimán elimina los
residuos metálicos. Se mezcla con los residuos vegetales procedentes de
jardinería o limpieza de bosques y son triturados. La mezcla resultante se
somete a un proceso de compostaje.
Cada uno de nosotros produce montañas de basura: más de 450
Kg de basura cada año, y el 45% de estas basuras son residuos orgánicos. Ahora
podemos colaborar en la recogida selectiva de una de las fracciones mayores y
más problemáticas de nuestras basuras: la fracción orgánica, o sea restos de
comida, de cocina, del jardín, pieles, restos de fruta, cáscaras de huevo,
conchas de mariscos y moluscos, espinas y desperdicios del pescado, huesos y
restos de carne, comida en mal estado, restos de pan, poso del café, toallas de
papel, restos de infusiones, hojarasca, ramos de flores mustias, malas hierbas,
hierba segada, tapones de corcho...
Los residuos orgánicos se deben recoger en bolsas que sean
compostables, como las de papel o de plástico biodegradable, nunca en bolsas de
basura convencionales u otras bolsas de plástico que los microorganismos no
puedan degradar. Así evitamos tener que separarlas y eliminamos el riesgo de
contaminar el compost con materiales no útiles para los campos.
Los residuos orgánicos deben tirarse al contenedor especial,
en la calle, al lado de los contenedores habituales del desperdicio.
Para
la elaboración del compost se puede emplear cualquier materia orgánica, con la
condición de que no se encuentre contaminada. Generalmente estas materias
primas proceden de:
Restos de cosechas. Pueden emplearse
para hacer compost o como acolchado. Los restos vegetales jóvenes como hojas,
frutos, tubérculos, etc son ricos en nitrógeno y pobres en carbono. Los restos
vegetales más adultos como troncos, ramas, tallos, etc son menos ricos en
nitrógeno.
Abonos verdes, siegas de césped, malas
hierbas, etc.Las ramas de poda de los frutales. Es
preciso triturarlas antes de su incorporación al compost, ya que con trozos
grandes el tiempo de descomposición se alarga.
Hojas. Pueden tardar de 6 meses a dos
años en descomponerse, por lo que se recomienda mezclarlas en pequeñas cantidades
con otros materiales.
Restos urbanos. Se refiere a todos
aquellos restos orgánicos procedentes de las cocinas como pueden ser restos de
fruta y hortalizas, restos de animales de mataderos, etc.
Estiércol animal. Destaca el estiércol
de vaca, aunque otros de gran interés son la gallinaza, conejina o sirle, estiércol
de caballo, de oveja y los purines.
Complementos minerales. Son necesarios
para corregir las carencias de ciertas tierras. Destacan las enmiendas calizas
y magnésicas, los fosfatos naturales, las rocas ricas en potasio y
oligoelementos y las rocas silíceas trituradas en polvo.
Plantas marinas. Anualmente se recogen
en las playas grandes cantidades de fanerógamas marinas como Posidonia oceánica,
que pueden emplearse como materia prima para la fabricación de compost ya que
son compuestos ricos en N, P, C, oligoelementos y biocompuestos cuyo
aprovechamiento en agricultura como fertilizante verde puede ser de gran
interés.
Algas. También pueden emplearse
numerosas especies de algas marinas, ricas en agentes antibacterianos y
antifúngicos y fertilizantes para la fabricación de compost.
PROCESO
DE COMPOSTAJE.-
La mezcla se dispone con una pala mecánica formando pilas,
dentro de un cobertizo sin paredes y encima de un pavimento adecuado para la
recogida de lixiviados.
Para que los microorganismos puedan descomponer
adecuadamente la materia orgánica, hay que mantener las condiciones de humedad
y temperatura adecuadas, y la concentración de oxígeno suficiente. La humedad
se mantiene regando periódicamente las pilas. La oxigenación se consigue
removiendo totalmente las pilas con una máquina volteadora, u otros sistemas.
Los líquidos que desprenden las pilas objeto de compostaje
(los lixiviados) se recogen y sirven para continuar regando las pilas. Toda la
superficie de la planta está pavimentada de manera que las aguas pluviales
puedan ser recogidas y aprovechadas para el riego del compost.
Al cabo de 12-14 semanas, el compost se criba para obtener
un material final homogéneo y fino. El desecho orgánico que pueda quedar se
retorna al principio del proceso, y el compost se deja madurar entre dos y tres
meses.
A través de diversos tamices, se eliminan impurezas y se
distribuye el material según su tamaño y calidad. Finalmente, se obtiene un
compost maduro y estable que puede ser comercializado como abono o corrector de
suelos.
Aproximadamente 100 Kg de materia orgánica y 45 Kg de
fracción vegetal nos dan 5 Kg de impurezas y 60 Kg de compost acabado.
GLOSARIO
DE COMPOSTAJE.-
Ácidos húmicos: Productos de la descomposición del estiércol
y la materia orgánica del suelo. Se solubilizan en los medios alcalinos y
precipitan en presencia de ácidos.
Agente Esponjante: Material tal como serrín, astillas de madera,
u otros que se agregan al material a compostar para mantener corriente de aire,
evitando la compactación del residuo.
Actinomicetos: Género de bacterias, generalmente patógenas e
inmóviles con ramificaciones filamentosas.
Agamia: Llamada también multiplicación vegetativa, es la
producción de individuos idénticos sin meiosis ni singamia. En agricultura
existen tres formas tradicionales: estaca, acodo e injerto.
Aminas: Compuestos nitrogenados básicos que se presentan en
los seres vivos formando parte de los aminoácidos.
Aminoácidos: En la naturaleza existen un poco más de 20
tipos de aminoácidos, que en los seres vivos se unen mediante enlaces
peptídicos formando las proteínas.
Bacterias: Organismos microscópicos unicelulares. Se
desarrollan en cualquier parte donde encuentren un sustrato que les aporte
energía. Algunas se desarrollan en presencia de aire otras solo prosperan sin
oxígeno.
Compostaje en Lote: Todo el material se procesa a la vez,
sin introducir nueva materia una vez que el compostaje ha comenzado. Los
sistemas de pilas estáticas suelen ser sistemas de lote.
Compost Maduro: Es el producto estabilizado y saneado de
compostaje. Ha experimentado descomposición y está en proceso de humificación
(estabilización); se caracteriza por contener los nutrientes en formas
fácilmente disponibles para las plantas.
Contenido de Humedad: Peso de agua en el material, dividido
por el peso de sólidos.
Contaminantes Orgánicos: Materiales orgánicos no deseados,
incluyendo pesticidas y otros productos químicos sintéticos.
Celulosa: Es el componente principal de la pared de las
células vegetales. En las plantas, la celulosa suele aparecer combinada con
sustancias leñosas, grasas o gomosas. Salvo algunos insectos, ningún animal
tiene en los tejidos verdadera celulosa. Los microorganismos del aparato
digestivo de los herbívoros descomponen la celulosa en compuestos absorbibles.
La celulosa es insoluble en todos los disolventes comunes y se separa
fácilmente de los demás componentes de las plantas para formar el papel.
Clorosis: Pérdida del color verde de las hojas de los
vegetales causada por carencia de hierro, bajas temperaturas, virus.
Coloides: Partículas diminutas que se forman como producto
de la meteorización física y química de los minerales. Las plantas obtienen
nutrientes de los coloides del suelo gracias a un tipo de reacción química
conocida como intercambio de bases.
Descomposición: Acción de bacterias y hongos microscópicos
sobre la materia orgánica. Estos microorganismos atacan y digieren los
compuestos orgánicos complejos reduciéndola a formas más simples que pueden ser
asimiladas por las plantas.
Diatomeas: Grupo de algas unicelulares pardas y
microscópicas. Sus fósiles se utilizan como insecticida de contacto.
Enzima: Catalizador orgánico producido por el propio
organismo que favorece las reacciones metabólicas haciendo disminuir la
cantidad de energía necesaria. Las enzimas son los instrumentos que utilizan
los genes para dirigir el metabolismo celular.
Estiércol: Desecho animal utilizado como abono. Aporta
importantes nutrientes al suelo. Sin embargo, el nitrógeno que contiene es
fácilmente arrastrado por el agua contaminando las subálveas. Su descomposición
sobre el terreno sustrae temporalmente nitrógeno, utilizable por las plantas.
Estructura de la tierra: Es la agrupación de los granos
individuales del suelo de manera que puede resistir cierto grado de
disgregación debido a fuerzas externas. La materia orgánica contribuye al
mejoramiento de las características físicas del suelo, porque entre otras cosas,
ayuda a unir las partículas finas y a romper grandes masas de la misma,
proporcionando una estructura grumosa.
Fijación biológica de nitrógeno: Proceso por el que algunas
bacterias son capaces de convertir el nitrógeno del aire en alimento para las
plantas.
FORSU: Abreviatura de "Fracción Orgánica de los
Residuos Sólidos Urbanos".
Hifas: Filamentos del micelio, aparato digestivo de los
hongos.
Humus: Materia orgánica del suelo. El humus es una materia
homogénea, amorfa, de color oscuro e inodora. Los productos finales de la
descomposición del humus son sales minerales, dióxido de carbono y amoníaco.
Al descomponerse en humus, los residuos vegetales se
convierten en formas estables que se almacenan en el suelo y pueden ser
utilizados como alimento por las plantas. La cantidad de humus afecta también a
las propiedades físicas del suelo tan importantes como su estructura, color,
textura y capacidad de retención de la humedad. El desarrollo ideal de los
cultivos, por ejemplo, depende en gran medida del contenido en humus del suelo.
Larva: Estado embrionario de un insecto comprendido entre el
huevo y el adulto. A veces una especie presenta varios estados larvales
consecutivos.
Lignina: Sustancia amorfa que unida a la celulosa constituye
el tejido leñoso. Constituye el 20-30 % de la madera y contribuye a su
protección.
Mantillo: Tierra de origen vegetal rica en materia orgánica
formada por la descomposición de hojas, tallos, etc. Absorbe las sustancias
fertilizantes y conserva el calor y la humedad.
Materia Extraña: Materias no compostables contenidas en los
R.S.U. tales como vidrios, plásticos, metales, etc. Deben estar en muy pequeñas
cantidades en el compost acabado.
Metales Pesados: Elementos contenidos en pequeñas cantidades
en el compost y cuyas concentraciones se controlan a causa de la potencial
toxicidad para el ser humano, los animales o las plantas.
Micorrizas: Simbiosis entre la raíz de una planta y las
hifas de determinados hongos. Es más frecuente en los suelos ricos en humus. La
asociación resulta beneficiosa para las dos partes y a veces es tan estrecha
que algunos árboles no son capaces de vivir independientemente.
Oxidante: Sustancias que tienen tendencia a reducirse
oxidando así a otras sustancias.
pH: Nombre de la escala que mide el valor de la acidez o
alcalinidad de una sustancia. Sus valores van de 0 a 14. Se considera neutro un
valor de 7, mientras que por debajo del valor corresponde a una materia ácida y
por encima a una alcalina.
Pila Estática: Sistema de compostaje que se realiza apilando
los residuos en pilas alargadas que son periódicamente volteadas.
Pila Estática Ventilada: Sistema de compostaje que usa una
serie de tubos horadados (o equivalente) con un sistema de distribución de
aire, situados bajo una pila de compost y conectados a un soplador que aspira o
insufla aire a través de las pilas. No se utiliza, o muy escasamente, el volteo
de la pila.
Proteína: Nombre que recibe cualquiera de los numerosos
compuestos orgánicos que forman los organismos vivientes y son esenciales para
su funcionamiento.
Pulgones: Nombre vulgar de diversas especies de insectos que
se alimentan de la savia de las plantas.
Suelo: Agregado de minerales y de partículas orgánicas
producido por la acción combinada del viento, el agua y los procesos de
desintegración orgánica. En las regiones húmedas, la fracción orgánica
representa entre el 2 y el 5% del suelo superficial, siendo menos del 0.5% en
suelos áridos o más del 95% en suelos de turba.
Separación en Origen: La práctica, por los productores de
residuos, tales como hogares y los negocios, de disponer los generados dentro
de la operación familiar o comercial en fracciones separadas, tales como todos
los periódicos juntos, todo el vidrio junto, etc. y de ponerlos en recipientes
separados para la recogida.
R. S. U y R. S. M: Abreviaturas de "Residuos Sólidos
Urbanos" y "Residuos Sólidos Municipales", respectivamente.
Textura de suelo: Grosor o finura de las partículas y la
proporción de cada uno de los grupos de agregados que constituye el suelo.
CONDICIONANTES DEL COMPOSTAJE.-
VOLUMEN.-
Una pila grande de
compost retiene el calor de su actividad microbiológica. Su centro será más
cálido que sus bordes. Con menos de 50 cm habrá problemas para mantener el
calor, mientras que más de 100 cm no permiten el paso de aire suficiente al
centro para la vida de los microbios.
El montón debe tener
el suficiente volumen para conseguir un adecuado equilibrio entre humedad y
aireación y debe estar en contacto directo con el suelo. Para ello se
intercalarán entre los materiales vegetales algunas capas de suelo fértil.
La ubicación del
montón dependerá de las condiciones climáticas de cada lugar y del momento del
año en que se elabore. En climas fríos y húmedos conviene situarlo al sol y al
abrigo del viento, protegiéndolo de la lluvia con una lámina de plástico o
similar que permita la oxigenación. En zonas más calurosas conviene situarlo a
la sombra durante los meses de verano.
Se recomienda la
construcción de montones alargados, de sección triangular o trapezoidal, con
una altura de 1,5 metros, con una anchura de base no superior a su altura. Es
importante intercalar cada 20-30 cm de altura una fina capa de de 2-3 cm de
espesor de compost maduro o de estiércol para la facilitar la colonización del
montón por parte de los microorganismos.
GRADO DE TRITURACIÓN.-
La descomposición de
la materia orgánica por los microorganismos tiene lugar, preferentemente, en la
superficie en contacto con el aire. Cuanto mayor sea la superficie de los
residuos en que deban trabajar los microorganismos, más rápidamente se
descomponen los materiales. Es como un bloque de hielo en el sol, que tarda en
derretirse cuando es grande, pero se derrite muy rápido si se tritura.
pH.-
Influye en el proceso
debido a su acción sobre los microorganismos. En general, los hongos toleran un
pH entre 5-8, mientras que las bacterias tienen menor capacidad de tolerancia
(pH= 6-7,5).
El pH varía a lo largo
del proceso. En la primera fase, fase mesófila, puede bajar por la formación de
ácidos, para volver a aumentar posteriormente. Aumentos fuertes de pH pueden
facilitar la pérdida de nitrógeno en forma amoniacal.
Si se produce
acidificación, se corrige con la adición de cal apagada, y, si por el
contrario, se alcaliniza la masa, se añaden sales ácidas o azufre en polvo para
la corrección. Es difícil manipular el pH del residuo a no ser que se incorpore
algún residuo de pH complementario.
NUTRIENTES.-
Todos los organismos
necesitan de nutrientes para crecer y reproducirse. Las cantidades varían de
elemento a elemento, manteniendo una relación constante unos con respecto a
otros. En el compostaje, el mantenimiento de esta relación es especialmente
importante para el carbono y nitrógeno. Los microorganismos utilizan el carbón
de los residuos como fuente de energía. El nitrógeno es el elemento necesario
para formar las proteínas con que construir sus cuerpos.
El carbón y el
nitrógeno son los dos elementos fundamentales en el compost, y su relación de
transformación (C:N) es significativa. La relación de carbón a nitrógeno de los
residuos oscila desde 500 a 1 para el serrín, a 15 a 1 para los residuos de
cocina. Al inicio del proceso, la relación entre el contenido de carbono y
nitrógeno debe estar alrededor de 30, añadiéndose elementos nitrificantes o
carbonatantes si fuera preciso, y al finalizar el proceso debe estar próxima a
10.El proceso del compost se retarda si no hay bastante nitrógeno, y demasiado
nitrógeno puede causar la generación de amoníaco que puede crear olores
desagradables.
Los materiales que
añadiremos al compostador se dividen en dos tipos: materiales frescos y húmedos
(verdes), como son los restos de verdura, césped... y los materiales secos (marrón),
por ejemplo, hojas secas, ramas, cartón...
El material verde
aporta humedad al proceso mientras que el marrón impide que la mezcla se
apelmace permitiendo la circulación del aire en el compostador.
Añada los materiales
verdes y cafés por capas (más secos o más húmedos respectivamente). Trate de
lograr la siguiente proporción: Una parte de verdes por cada parte de cafés.
Teóricamente, una
relación inicial C/N de 25-35 es la adecuada, si bien no todos los residuos
tienen un mismo tipo de materia orgánica con la misma biodegradabilidad. Si la
relación C:N es muy elevada, disminuye la actividad biológica; sin embargo, si
la materia orgánica a compostar es poco biodegradable, la lentitud del proceso
tendrá esta causa, y no la falta de nitrógeno. Una relación C:N muy baja no
afecta al proceso de compostaje, pero se pierde el exceso de nitrógeno en forma
de amoniaco. Dado que uno de los objetivos del compostaje es la conservación de
nutrientes, no podemos permitir esta pérdida. La mezcla de distintos residuos
con diferentes relaciones C:N puede soluciónar el problema.
Las pieles de
cítricos; pueden compostarse, pero el tiempo de descomposición es largo y se
pueden ir acumulando, por lo que se aconseja echarlas en pequeñas cantidades.
Los tomates, ya que
sus semillas pueden perdurar en el compost y germinar en lugares no deseados.
Las cáscaras de frutos
secos. Es mejor quemarlos en la chimenea o barbacoa y depositar las cenizas en
el compostador.
Huesos de fruta, ya
que tardan mucho en descomponerse.
OXÍGENO.-
El oxígeno es
necesario para que los microorganismos puedan descomponer eficazmente la
materia orgánica. Debe ser suficiente para mantener la actividad microbiana sin
que en ningún momento aparezcan condiciones anaerobias, que, además de
entorpecer el proceso, dan lugar a la aparición de olores y a un producto de
inferior calidad. Un buen progreso del proceso requiere la aportación de aire y
el mantenimiento de una porosidad adecuada en la masa.
Para conseguir un buen
y rápido compostaje es necesario un buen aporte de O2. La base principal del
proceso de fabricación del compost es una buena aireación de la masa. La
demanda de aire está calculada en torno a 15-20 m3/Tm/día, y depende
de muchos factores, como el material, la textura, la humedad, o la manera y
frecuencia de voltear la pila.
El volteo, además,
sirve para homogeneizar la mezcla y su temperatura. Después de cada volteo, la
temperatura disminuye de 5 a 10ºC, subiendo de nuevo si el proceso no ha
acabado. Se puede forzar la aireación por métodos de succión, de presión o
mecánicos.
TEMPERATURA.-
Es el parámetro que
mejor indica el desarrollo del proceso. Debe mantenerse entre 35 y 60 ºC para
eliminar elementos patógenos, parásitos y semillas de malas hierbas. Cada grupo
de microorganismos tiene una temperatura óptima para realizar su actividad:
criófilos, de 5 a 15 ºC; mesófilos, de 15 a 45 ºC; o termófilos, de 45 a 70 ºC.
El grupo favorecido
descompondrá la materia orgánica para obtener materia y energía, y en la
operación se emitirá calor. Este calor puede hacer variar la temperatura de la
pila de residuos, dependiendo del volumen de la pila y de las condiciones
ambientales.
Con temperaturas
demasiado elevadas, mueren determinadas especies buenas para el compostaje,
mientras que otras no actúan por estar en forma de espora. Cuanto más caliente
es la pila, más rápido es el compostaje.
POBLACIÓN MICROBIANA
La pila de compost es,
realmente, una granja microbiológica. Las bacterias comienzan el proceso de
fermentar la materia orgánica. A los hongos y bacterias, pronto se unen los
actinomicetos, y después miriápodos, insectos y gusanos de tierra hacen su
trabajo.
En la primera etapa
del compostaje aparecen las bacterias y hongos mesófilos, con predominio de las
primeras. Cuando la temperatura llega alrededor de los 40 ºC, aparecen las
bacterias, los hongos termófilos y los primeros actinomicetos. Por encima de
los 75 ºC cesa la actividad microbiana. A lo largo del proceso van apareciendo
formas resistentes de los microorganismos cuando las condiciones de temperatura
hacen imposible su actividad. Al bajar de nuevo la temperatura, reaparecen las
formas activas, detectándose también la actividad de protozoos, nemátodos,
miriápodos, etc.
Las diferentes
especies de microorganismos pueden sucederse o coincidir en el tiempo; su
procedencia puede ser a través de la atmósfera, del agua, del suelo o de los
mismos residuos. Y por eso, una población comienza a aparecer mientras otros
están en su máximo o ya están desapareciendo, complementándose las actividades
de los diferentes grupos.
Los organismos de la
descomposición son los implicados en la subdivisión del material orgánico. Las
bacterias son el microorganismo primario de la descomposición. Llegan con los
residuos, y comienzan el proceso descomponiendo el material orgánico para su
propio alimento. Las bacterias crecen y se multiplican en condiciones
favorables, y mueren cuando se crean las condiciones más favorables para otras.
Las bacterias, los actinomicetos y los hongos consumen los residuos
directamente y se conocen como compostadores de primer nivel son ayudados por
organismos más grandes (gusanos, ácaros, escarabajos, larvas y moscas), que
también consumen residuos directamente.
Los microorganismos de
primer nivel de la descomposición son comidos por los del segundo nivel tales
como tijeretas, ácaros, escarabajos, protozoos y rotíferos. Los del tercer
nivel comen a los del primer y segundo nivel e incluyen ciempiés, escarabajos,
hormigas y ácaros.
Las bacterias son
abundantes. Puede haber millones en un gramo, e invaden los residuos
comiéndolos y digiriéndolos, rompiéndolos en formas más simples para que otras
bacterias y organismos los consuman. Como grupo, las bacterias pueden comer
casi cualquier cosa.
La temperatura es una
variable importante en el compost, pues en función de la temperatura diferentes
especies bacterianas serán más o menos activas. Los microorganismos criófilos,
mesófilos y termofílos funcionan mejor dentro de gamas de temperaturas
específicas.
Los criófilos son los
primeros a ir a trabajar. Pueden trabajar en temperaturas debajo de 0 ºC (tan
bajo como -18 ºC), pero son muy activos alrededor 13 ºC. Frecuentemente generan
calor suficiente para crear condiciones óptimas para el próximo grupo de
bacterias llamado mesófilos.
Esta es la gama de
bacterias que operan en temperaturas entre 15 y 40º C. El calor generado como
un subproducto del trabajo de las mesófilas levantará la temperatura en la pila
aún más, creando condiciones apropiadas para el compostaje termofílico.
Ellos comienzan a
asumir la dirección cuando las temperaturas alcanzan 40 a 45 º C y continúan
trabajando hasta los 70º C, cuando comienzan a declinar. Las termófilas
trabajan rápidamente y no viven mucho tiempo, de tres a cinco días la mayoría. Remover
la pila proveerá oxígeno y permite a las bacterias termófilas continuar su
actividad. Cuando las temperaturas bajan y mueren, reaparecen los otros grupos.
Los actinomicetos son
una forma parecida a hongos, y siguen en número a las bacterias. Asumen la
dirección durante las etapas finales de descomposición, y son frecuentemente
productores de antibióticos que inhiben crecimiento bacteriológico. Son
especialmente importantes en la formación de humus, liberando carbón, nitrógeno
de nitrato y amonio, haciendo alimentos disponibles a plantas.
Los hongos son menores
en número que las bacterias o actinomicetos, pero con mayor masa. Los hongos
son los organismos simples que carecen de pigmento fotosintético (clorofila).
Las células individuales tienen un núcleo rodeado por una membrana y pueden
agruparse en filamentos largos, llamados hifas. Los hongos viven sobre el
material muerto y obtienen energía degradando el material orgánico.
Los macro organismos
son los organismos visibles involucrados en transformar material orgánico en
compost. Son más activos en las etapas maduras de compostaje, cuando las
temperaturas descienden pero la descomposición no es completa. Los micro
organismos descomponen la materia orgánica químicamente, y los macro
organismos, que están más arriba en la cadena alimentaria, descomponen
excavando, moliendo, masticando, digiriendo, mamando y batiendo.
Las hormigas son
insectos y se alimentan sobre una variedad de materiales en el compost. Pueden
traer hongos y minerales tal como potasio y fosforo al compost. Un milpiés es
grueso, con segmentos rojos oscuros. Hay muchos segmentos, cada uno con dos de
pares de patas, pero no los mil que su nombre indica. Comen vegetación en
descomposición y se enrollarán en una pelota cuando están en peligro.
Los caracoles y los
limacos son moluscos. Los caracoles tienen una concha espiral con una cabeza
distinta y un pie retráctil. Los limacos no tienen concha. Ambos viven de
vegetales vivos, pero se les encuentra con frecuencia en el montón de compost.
Los nematodos son los
invertebrados más abundantes en el suelo. Algunos viven sobre la materia
orgánica en descomposición, mientras otros son predadores sobre otros
nematodos, bacterias, algas, protozoos y esporas de hongos.
Los ácaros de
fermentación, también llamados ácaros de molde, son transparentes, y se
alimentan sobre levaduras de materia orgánica. Estos ácaros son capaces de
resistir las condiciones anaerobias por períodos moderados de tiempo, y pueden
ser un indicador bueno de estas condiciones en el compost.
Insectos pequeños,
distinguibles por su capacidad para saltar cuando se les perturba son
principalmente comedores de hongos, aunque también comen nematodos y plantas.
Las arañas se
alimentan de insectos e invertebrados pequeños. Los ciempiés tienen cuerpos
aplanados y segmentados con un de par de patas en cada segmento, en total 15 o
más pares son consumidores terciarios, alimentándose de invertebrados de su
tamaño o mayores. Esto significa que son indeseables en un arca de
vermicompostaje, pues pueden atacar y matar los gusanos.
Las moscas son
insectos que alimentan sobre casi cualquier tipo de material orgánico. También
actúan como aero transportadores de bacterias. Adondequiera que aterricen,
depositan bacterias. Ventile su compost una vez a la semana para controlarlas.
Los gusanos de tierra
son macro organismos más importantes, y los mayores compostadores en la pila de
compost. Consumen bacterias, hongos, protozoos y materia orgánica. Digieren la
materia orgánica, transformándola en vermicompost.
Como ya hemos
comentado, el compostaje es un proceso dinámico debido a las actividades
combinadas de una amplia gama de poblaciones de bacterias, hongos y
actinomicetos, ligados a una sucesión de ambientes.
Las bacterias se
encuentran distribuidas por toda la pila, mientras que los hongos y los
actinomicetos están situados a 5-15 cm de la superficie, dándole un aspecto
grisáceo característico.
Un compost bien
fermentado produce una esterilización de todo el residuo, tanto por la
elevación de la temperatura como por la propia producción de fermentos
(antibióticos) y la competencia por los nutrientes, que llegan a eliminar los
microorganismos patógenos llegados con los residuos.
HUMEDAD.-
Los microorganismos
necesitan agua. En teoría, los valores de humedad para que pueda darse una
fermentación aeróbica están entre el 30 y el 70%, siempre que se asegure una
buena aireación. En la práctica, se deben evitar valores altos, pues se
desplazaría el aire de los espacios entre partículas del residuo, y el proceso
pasaría a anaerobio. Si, al contrario, la humedad es demasiado baja, bajará la
actividad de los microorganismos.
Los valores óptimos
están entre el 40 y el 60%, dependiendo de la textura del material: para
materiales fibrosos, la humedad máxima es del 75%, mientras que para residuos
con papel o materia vegetal fresca está entre el 50 y el 60%.
Toda vida sobre la
Tierra necesita calor, agua y aire. Los microbios en la pila de compost no son
diferentes: funcionan mejor cuando los materiales a compostar están calientes,
húmedos y se pueden proveer con suficiente aire.
Para conseguir la
humedad adecuada, se pueden mezclar distintos tipos de residuos y triturar o
desfibrar los materiales. La humedad adecuada es esencial para la actividad
microbiológica. Una pila de compost seca no favorecerá para nada la
descomposición, por eso se debe mojar periódicamente.
La
eficiencia de la digestión humana cuenta con la flora bacteriana. La flora
intestinal son el conjunto de bacterias que viven en el intestino, algunas de
ellas proceden de los alimentos y otras de la simbiosis. La mayor parte de
ellas son beneficiosas para la salud y disponemos de unas 2000 especies
bacterianas. Ayudan a la absorción y descomposición de nutrientes y forman un
ecosistema complejo que se auto regula y se mantiene en equilibrio. Los efectos
colaterales más significativos son la producción de gases.
La
descomposición del bolo alimenticio, quimo y quilo se produce por los aportes
de substancias químicas y por la diversidad de bacterias en nuestra flora
bacteriana. Y esto en apenas unas horas.
Otro
digestor que anda por ahí es el que utilizan las empresas fabricantes de pasta
de celulosa para la fabricación de papel.
Otro
tipo de digestores se utilizan para la obtención de biogás (metano).
Estos
planteamientos se relacionan con la necesidad de gestionar los residuos (compostar
y separar los residuos para reciclar) que debe empezar por la concienciación de
nosotros mismos.
csl.