Espiritualidad laica.
La sociedad y el ser humano
han evolucionado más allá de las religiones y creencias. Por ello, y porque el
ser humano es espiritual por naturaleza, se hace necesario el cultivo de una
espiritualidad que tendremos que estructurar sin creencias, sin religiones, sin
dioses ni sumisiones, como una indagación laica y libre. De naturaleza
espirituales.
MARÍA JOSÉ FRÁPOLLI,
catedrática de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Granada.
Nuestra naturaleza es ser
espirituales. Nacemos a la especie contando ya con un depósito de tradición y
de conocimientos compartidos, facilitado por el uso del lenguaje, que nos
permite trascender las necesidades inmediatas. Somos cultura. Y a través de la
pertenencia a una sociedad desarrollamos la conciencia del yo. El interés por
dejar un legado en forma de obra científica o literaria o de descendencia
biológica, además del sentimiento religioso, se explica en parte por la
necesidad de trascendencia característica del reconocimiento de la propia
individualidad.