Los seres humanos somos omnívoros es decir más o menos
comemos de todo (hidratos de carbono, grasas y proteínas de origen vegetal y
animal).
Sin embargo algunos de ellos se declaran comprometidos a
renunciar a una parte de su ingesta por cuestiones voluntarias basadas en
cuestiones de salud como los vegetarianos que consideran más saludable llevar
una dieta basada en vegetales, reduciendo al máximo la ingesta de proteínas de
origen animal, evitando de este modo los productos tóxicos generados por
nuestro propio organismo debido a la eliminación del exceso de proteína.
En cambio los veganos se niegan a la ingesta de cualquier
producto de origen animal por cuestiones, no necesariamente de salud sino por
cuestiones éticas que desembocan en procesos psicológicos similares a los
provocados por situaciones de tipo “no me puedo comer a mi propia mascota”.
La información de referencia podría ser la siguiente: