Los seres humanos somos omnívoros es decir más o menos
comemos de todo (hidratos de carbono, grasas y proteínas de origen vegetal y
animal).
Sin embargo algunos de ellos se declaran comprometidos a
renunciar a una parte de su ingesta por cuestiones voluntarias basadas en
cuestiones de salud como los vegetarianos que consideran más saludable llevar
una dieta basada en vegetales, reduciendo al máximo la ingesta de proteínas de
origen animal, evitando de este modo los productos tóxicos generados por
nuestro propio organismo debido a la eliminación del exceso de proteína.
En cambio los veganos se niegan a la ingesta de cualquier
producto de origen animal por cuestiones, no necesariamente de salud sino por
cuestiones éticas que desembocan en procesos psicológicos similares a los
provocados por situaciones de tipo “no me puedo comer a mi propia mascota”.
Los seres humanos somos seres omnívoros en nuestra
alimentación por tanto estamos en condiciones y de alguna manera precisamos
para nuestro desarrollo comer de “todo” (Hidratos, Grasas y Proteínas), si bien
lo deseable es poder comer poca cantidad de todo ello.
La cuestión es que como es muy difícil de calcular las
necesidades exactas diarias de cada componente del todo, pues es fácil que en
el momento de abundancia en el que vivimos tengamos excesos de alguno de esos
componentes, así, nuestro organismo resuelve los excesos de hidratos, azucares
convirtiéndolos en grasa y almacenándola en nuestro cuerpo para que cuando la
precisemos esté disponible, lo mismo hace con el exceso de grasa. Sin embargo
con la proteína no sucede lo mismo, porque no tenemos almacén para el exceso de
proteína, utilizamos la necesaria y el exceso lo tenemos que eliminar en forma
de compuestos nitrogenados con un alto grado de toxicidad y esfuerzo energético
a través del hígado y otros órganos.
Como consecuencia de esto lo aconsejable es ingerir la
cantidad de proteína más ajustada a nuestras necesidades para evitar el exceso,
lo que conlleva a recomendar el hecho vegetariano y a matizar el vegano. En
todo caso lo aconsejable es ingerir de todo en poca cantidad sin excluir ningún alimento. Pero cada adulto en el buen
uso de su libertad puede tomar la decisión de alimentarse como considere,
siempre y cuando conozca los riesgos que supone excluir algunos alimentos.
También hay que decir que existe una cuestión transversal
de lo vegetariano y vegano que afecta a lo sostenible y medio ambiental, que es
la reducción de emisiones de CO2 y metano al dejar de consumir animales
herbívoros.
No es lo mismo obligar a una comunidad a ser contra
natura vegetariana o vegana que declararse omnívora y permitir a cada uno que
decida su opción.
csl.
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