EL FRENO DE LA TRADICIÓN

Los valores de la tradición son la expresión popular en clave cultural de la evolución de una sociedad con particularidades propias y no globalizadas, es decir con deficiencias de comunicación con otras sociedades que desarrollan su propia tradición, en lo que hoy entendemos como déficit de comunicación.

Entendiendo lo cultural como usos y costumbres y también como acciones; en ocasiones el aferrarse a la tradición supone impedir por cambio, contradicción o transformación, de la evolución aparentemente lógica que imponen los tiempos para alcanzar mayor conocimiento y adecuación, por tanto mayor bienestar y desarrollo de esa sociedad.

En este caso la tradición supone un lastre indeseable para la evolución, como objetivo positivo a alcanzar.

Se impone entonces el sesudo razonamiento.

Vivamos el presente con la experiencia del pasado mirando hacia el futuro.

Esto conlleva a conocer el pasado para convertirlo en experiencia, vivir el presente para no perder la realidad (el foco), y mirar hacia nuestro objetivo – el futuro a alcanzar.

El miedo e incomodidad al cambio y la no asunción de las circunstancias, nos hace vivir en una situación cómoda y aceptada, cada vez mas lejos de lo real. Sólo la rebeldía y contestación de la juventud y adolescencia nos obliga a reflexionar sobre las reivindicaciones puestas sobre la mesa de manera brusca, violenta, intransigente y maleducada de este idealismo único y adolescente. Pero debemos tener en cuenta también lo que hemos construido de manera educacional y por tanto con grado de responsabilidad. Me refiero al “sillón – ball” acomodaticio y conservador, contra – natura de la etapa reivindicativa.

Hemos puesto las condiciones y circunstancias de que esto sea así. Afortunadamente las situaciones generacionalmente son cambiantes, como las que hemos producido y se dará la consiguiente contestación, en las próximas.

La tradición sí, como experiencia y como pasado en donde tenemos el ancla de nuestra referencia. Vivir el hoy sabiendo a donde vamos y haciendo la fuerza necesaria para cambiar el pasado y alcanzar el objetivo al que queremos llegar, el futuro.

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