4 de diciembre de 2009

ABORTO. Dureza de Corazón.




No se entiende bien la dureza en la reacción de mujeres, potenciales madres y otras, con respecto a la decisión de abortar en relación a rebajar lo conseguido en el ámbito del aborto, aún cuando se instale la duda en ese interior donde solo entra uno mismo.
La inteligencia y buen hacer de las mujeres como ser humano es un hecho craso que no debería ni que comentarse.
Lo mediático es muy poderoso y se ha hecho bandera de la consecución de unos conseguidos niveles excesivos “derechos”, que la razón rechaza y van en contra de uno mismo.
Se puede alegar ignorancia, pero a estas alturas la cuestión de la concepción es un asunto de Cultura General.
Se puede alegar libertad, pero libertad para uno mismo, no dispongamos de la libertad que le correspondería a otro. Nos convierte en otra cosa.
Se puede alegar embarazo no deseado, pero ante la suavidad del verbo desear respondemos con la dureza de abortar. Cuantas veces nos sobreponemos ante lo no deseado aún no siendo tan transcendente.
Se puede alegar salud, pero defendamos la salud en un marco normativo de protección para todos. Si alguien se salta el marco normativo y decide por su cuenta y entra en riesgo, esta abocado a una situación difícilmente reivindicativa y defendible.
Se puede alegar precariedad económica, pero en una sociedad avanzada con sensibilidades sociales es exigible esta cobertura a las Administraciones Públicas.
Y en último caso, si la situación es insuperable, entreguemos la nueva vida a Instituciones diseñadas para esto.
Vivimos un mundo contradictorio difícilmente entendible, si no fuera porque nos gobiernan erráticamente, intentando contentar a todos sin tener en cuenta los defectos y los excesos.
Hoy utilizamos importantes recursos y esfuerzos para que un neonato pueda sobrevivir por debajo de las 22 semanas; para que una mujer pueda ovular y concebir; para que pueda ser fecundada de un desconocido en una inseminación artificial.
Habrá entonces madres que reclaman a la naturaleza que cumpla lo que accidentalmente se les ha negado y habrá madres que exijan a la naturaleza que les niegue lo que les ha dado.
Parece que estamos al capricho de la voluntad.

© csl

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