5 de enero de 2025

Los sucesos irreversibles evitables


 

Foto de Leti Kugler en Unsplash

 

Sucesos irreversibles no hay muchos, pero algunos de los que hay los tenemos interiorizados en nuestra cultura de forma más o menos dramática. No me refiero a cuando se cuaja la clara del huevo al freírla y volverla al estado líquido inicial. Se trata del fin de la existencia de un ser humano, -sin tanto remilgo-, la muerte. Es algo más importante y transcendente donde se superan las proyecciones a un futuro eterno donde podamos transcender lo inevitable y “darle sentido” a la pregunta del millón, ¿Qué sentido tiene tener conciencia de nuestra existencia? Para al final desaparecer sin cumplir ningún objetivo. Quizás en plantearse un objetivo sea el quebradero de cabeza. En el modo “hacer”, tiene sentido un objetivo. Pero en el modo “ser” no necesariamente. Así es Oriente y Occidente.

Vaya rollo inicial como introducción a lo evidente, inevitable e injustificable por parte de quien tiene la posibilidad de cambiar las cosas.

Me estoy refiriendo a la guerra en Ucrania y a todas las guerras. Están sucediendo continuamente sucesos irreversibles evitables. Y aquí es donde los que manejan, de alguna forma, los hilos de la existencia. No tienen un pase.

¡Fin de las guerras ya!

Esta irreversibilidad evitable está muy por encima de otras cosas, deseadas, convenientes, etc. como la democracia, la economía (aquí es donde más duele), de todos esos conceptos maravillosos que nos esforzamos por mantener en el candelero (el sistema) y burlamos continuamente a la primera de cambio, engañándonos y engañando.

Nos distraen con nombres asociados a crímenes execrables en los que nos esforzamos mucho en no aparecer, pero al final formamos parte de la formula.

Cuál será el lema final:

Por la democracia aguantamos y demostramos al mundo que se puede vencer a un Vietnam o a un Afganistán, a una Ucrania. -repasa-

Qué pensarán los damnificados de estas guerras, de sus familiares (hijos, padres, hermanos, vecinos) que sufrieron el timo de los efectos irreversibles.

¿Quién los va a consolar?, ¿Quién los va a indemnizar?

 Somos impermanentes y tenemos límites

Si tienes respuestas, usa la oportunidad de los comentarios, así aprenderemos mecanismos de consuelo.

csl.

 

5 de diciembre de 2024

COP29


 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024. Bakú -Azerbaiyán

Reunió a casi 200 países en Bakú (Azerbaiyán) y alcanzó un acuerdo de gran trascendencia:

También es de gran transcendencia el que, entre esos 200 países, no se encuentren los que más contaminan, como USA, China y Rusia.

Triplicar la financiación a los países en desarrollo, pasando del objetivo anterior de 100.000 millones de dólares anuales a [300.000] millones de dólares anuales para [2035]. Los países receptores están decepcionados porque su propuesta era de 500.000 millones de dólares

Asegurar los esfuerzos de todos los actores para trabajar juntos con el fin de aumentar la financiación a los países en desarrollo, procedente de fuentes públicas y privadas, hasta la cantidad de 1,3 billones de dólares al año para 2035.

Otra cuestión importante es que no hay ningún sistema para “penalizar” a los que no cumplen y la experiencia después de 29 ediciones es que no se cumplen los compromisos económicos ni los límites de emisiones, ni de control de temperatura media. Desolador, después de una declaración encubierta de sálvese quien pueda. No estamos dispuestos a cambiar nuestro modo y hábitos de vida porque un sistema económico “sin límites” nos lo impide. Y hemos perdido fuerza e interés en manifestarnos para obligar a nuestros gobernantes a colaborar de verdad.

Las alarmas lanzadas por los científicos de las consecuencias que tienen no controlar estos parámetros que ya estamos padeciendo en Occidente (Ciclones tropicales de categorías máximas. Danas en el mediterráneo con resultados de centenas de muertos, ya no tienen el mismo efecto y la sociedad sigue en su intento de vivir, sin tener en cuenta para nada los cambios que podrían mitigar estos fenómenos excesivos, todos deseamos viajar sin límites e ignorando el procurar hacerlo de forma sostenible y así no lograremos nada.

Es más, algunos se aventuran a la descalificación gratuita de científicos que de manera respetuosa advierten como el caso español de Fernando Valladares al que respeto y saludo.

Por tanto, no es que uno se haya vuelto pesimista pero lo mas razonable es prepararse para la emergencia, porque lo que parece es que no podremos evitarla.

Y es que en la naturaleza no hay recompensas ni castigos, solo consecuencias. Robert Green ingersoll (EUA)

csl