Foto de Arnaud Jaegers en Unsplash
Los que nos consideramos europeos concebimos la construcción de este “superpais” de países dentro de un régimen de normas progresistas y democráticas, por esta razón organizamos la participación bajo este espíritu y convocamos elecciones regularmente para nombrar representantes que se comprometen a trabajar resolviendo los problemas que surgen al avanzar en la construcción europea.
La primera cuestión a tener en cuenta es la participación de los ciudadanos en la construcción de este “superpais”.
Los datos arrojan una falta de crédito en la atención de los ciudadanos preocupante y muy poco atendida por aquellos que deben poner altavoz y remedio a las alertas. Con valores inferiores al 50% en la participación, se puede considerar un proyecto fallido.
En la parte de España que nos toca, en la campaña se oyeron exposiciones y razonamientos muy interesantes y a tener muy en cuenta por las conclusiones a las que se llega en un razonamiento moderado.
Como que tenemos una guerra en la que hemos decidido participar, sin consultar con nadie y en la que no pensamos ni un momento en una posible paz. Véase las intenciones de Francia y Alemania y las acciones de España. Poniendo a disposición de Ucrania 1.100 millones de euros en armamento. ¡A que así no llegará la paz! Además, comprometemos el equilibrio que el nuevo, débil y redefinido estatus quo mundial que occidente de la mano de USA hizo saltar por los aires en interés propio para intentar tapar sus atrocidades.
Como que en este estado de guerra Rusia Ucrania (sin intención alguna de buscar la paz); Israel Palestina (donde cada día se hace estallar la credibilidad de la comunidad internacional por su alineación e inoperancia que queda totalmente inhabilitada) y junto con las emergencias que tenemos ya encima, cambio climático, reventón del sistema económico que nos abocó a esta situación. Ya no damos mucho más de sí. Tenemos que reinventarnos urgentemente o lo hará la naturaleza con sus normas.
No te engañes:
En la naturaleza no hay recompensas ni castigos, solo consecuencias. Robert Green Ingersoll (EUA)
Ante este panorama, no me extraña que los vuelos espaciales proliferen.
Es deducible pensar que esta situación que es cierta, de las guerras, de la falta de interés y participación de la ciudadanía de Europa, de la emergencia medioambiental de la necesidad de diseñar un sistema económico que no vaya en contra de los intereses de los ciudadanos, etc. Las acciones que nos anuncian para resolver el futuro inmediato no es nada creíble.
csl
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