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9 de septiembre de 2023

Constructos mentales

 

 Foto de Tetiana SHYSHKINA en Unsplash

 

Cuando hablamos de meditación mindfulness e insistimos tanto en la atención plena, en observar la respiración, en el no juzgar lo que aparezca y dejarlo ir. Estamos poniendo las bases en deshacer “la trampa” de los constructos mentales para quedarnos con la verdad de las cosas. Esto tiene mucho sentido cuando queremos ejercer un ejercicio de recursividad de nuestros pensamientos, partiendo del final de los mismos o desde el principio para identificar por donde empieza y los pasos que damos hasta nuestra conclusión final.

Unos ejemplos de constructos mentales

Observa este comportamiento “De la publicación Itinerario MBCT”, léelo frase a frase haciendo una pausa.

Juan va camino de la escuela

Está preocupado por la lección de matemáticas

No está seguro de si hoy podrá controlar de nuevo la clase.

Porque esta, a fin de cuentas, no es la obligación de un conserje.

La mayoría de las personas cuando leen estas frases actualizan la escena de cada una de ellas ante el ojo de su mente. Así se ilustra con claridad las inferencias implícitas con que revestimos los datos desnudos. Primero pensamos en un niño, después en un profesor y finalmente es un conserje. Es como si a cualquier acontecimiento que aparece en nuestra conciencia le agregásemos su propio comentario y no es fácil distinguir la reacción emocional que los acompaña. Un mismo acontecimiento tiene interpretaciones diferentes.

El ladrido de un perro en medio de una noche apacible

Estás sentado en mitad de una noche apacible cuando, a lo lejos, escuchas el ladrido de un perro. En sí mismo no es ni bueno ni malo que, en la superficie del océano de silencio, aparezcan ondas de vibración sonora. Entonces percibes como las complejas y hermosas pautas sonoras se convierten en estímulos eléctricos que centellean en tu sistema nervioso. Pero, por más que se trate de un proceso que debería ser entendido como una experiencia de la impermanencia, la insatisfacción y la ausencia de identidad, los seres humanos tendemos a ignorarlo y acabamos consolidando, en su lugar, esa percepción en un objeto mental. Luego le añadimos una imagen mental y la asociamos a una serie de reacciones emocionales y conceptuales. “Ya está aquí de nuevo el perro. ¡Menudo ruido! Cada noche la misma historia. Alguien tendría que hacer algo. Quizás tendría que llamar a la policía. No, será mejor llamar a la perrera. O, tal vez, convenga enviarle una carta a su dueño. No, demasiado complicado. Mejor me pondré unos tapones en los oídos.” Todos esos son meros hábitos perceptuales”. Aprendiste a responder de ese modo copiando, cuando eras niño, los hábitos perceptuales de quienes te rodeaban. Las respuestas perceptuales no son inherentes a la estructura del sistema nervioso. Es cierto que los circuitos están ahí, pero no es ese el único modo posible de utilizar tu maquinaria mental. Lo bueno es que lo que has aprendido puedes desaprenderlo. Y el primer paso para ello consiste en darte cuenta de lo que haces mientras lo estás haciendo, es decir, consiste en dar un paso atrás y observar en silencio.

Los seres humanos tenemos, según la perspectiva budista, una visión equivocada de la vida, porque tomamos la causa del sufrimiento como si de la felicidad se tratara. La causa del sufrimiento es el síndrome del deseo y la aversión. Apenas aflora una percepción -que puede ser cualquier cosa-, desde una hermosa muchacha hasta un hombre apuesto, una lancha motora, el aroma del pan recién salido del horno o un camión dirigiéndose hacia nosotros a toda velocidad-. Lo primero que hacemos es reaccionar al estimulo asociándolo a una sensación.

Los constructos mentales se refieren a las estructuras o conceptos abstractos que utilizamos en nuestra mente para organizar, comprender y procesar la información. Estos constructos son esenciales para la cognición humana y nos permiten dar sentido al mundo que nos rodea. Los constructos mentales que utilizamos pueden estar muy lejos de la realidad, condicionando nuestro comportamiento y reacción generando un bucle “rumiación” que nos puede llevar a estados poco saludables. Aquí hay algunos ejemplos de constructos mentales comunes:

 

Categorías: Las categorías son constructos mentales que agrupan objetos, eventos o ideas similares en una misma clase. Por ejemplo, la categoría "animales" incluye perros, gatos, pájaros, etc.

Conceptos: Los conceptos son constructos mentales que representan ideas abstractas o generalizadas. Por ejemplo, el concepto de "justicia" es un constructo mental que abarca ideas sobre lo que es justo o equitativo.

Esquemas: Los esquemas son estructuras cognitivas que organizan el conocimiento sobre una situación o tema particular. Por ejemplo, tenemos un esquema sobre cómo funciona un restaurante, que incluye la idea de entrar, sentarse, pedir comida y pagar.

Estereotipos: Los estereotipos son constructos mentales simplificados y a menudo erróneos que se utilizan para categorizar a las personas o grupos en base a ciertas características. Por ejemplo, el estereotipo de que los matemáticos son introvertidos. O determinados comportamientos con tendencias políticas.

Creencias: Las creencias son constructos mentales que representan lo que una persona considera verdadero o falso. Estas creencias pueden influir en el pensamiento y el comportamiento de una persona.

Actitudes: Las actitudes son constructos mentales que reflejan las evaluaciones positivas o negativas hacia personas, objetos, ideas o situaciones. Pueden influir en nuestro comportamiento y decisiones.

Metáforas: Las metáforas son constructos mentales que utilizamos para comprender conceptos abstractos a través de analogías con cosas concretas. Por ejemplo, "el tiempo es dinero" es una metáfora que nos ayuda a comprender la importancia de la gestión del tiempo.

Modelos mentales: Los modelos mentales son representaciones simplificadas de cómo funciona algo en el mundo. Los utilizamos para tomar decisiones y resolver problemas.

Percepciones: Las percepciones son constructos mentales que se crean a partir de la información sensorial que recibimos del entorno. Nuestra mente organiza esta información para crear una imagen coherente de la realidad.

Emociones: Las emociones son constructos mentales que representan estados afectivos que experimentamos, como la felicidad, la tristeza, el miedo, la ira, etc. Estas emociones influyen en nuestras respuestas y comportamientos.

Estos son solo algunos ejemplos de constructos mentales que utilizamos en nuestra vida cotidiana para procesar información y dar sentido al mundo que nos rodea. Los constructos mentales son una parte fundamental de la psicología cognitiva y desempeñan un papel importante en la forma en que percibimos, pensamos y actuamos en el mundo.

csl