28 de noviembre de 2009

CUENTO A IRIA


¿Qué estrella es esa que miras?
Es Arcturus, una estrella enorme y algo vieja.
¿Y como sabes que es ella?
Por la costumbre de mirar al cielo y porque la he observado para situarme en la mar.
¿Y cual es aquella otra?
Pues….la Twa ó Iberia – es un avión
¡Ah! sí, se mueve rápido. Vaya he metido la pata.
No importa, aprovecha para mirar el cielo antes de que esté excesivamente contaminado de luces volando y de luces de tierra.
Es importante conocer sus nombres ¡verdad!.
No, lo importante es observarlas e imaginar lo lejos que están, lo grandes que son, su color, y pensar que pueden tener planetas girando a su alrededor. Así nos damos cuenta de lo insignificantes que somos y corregir así la posición de nuestro ombligo.
¿Por qué nuestro ombligo?
Porque nos han puesto en lo alto unos soles artificiales que nos obligan a mirarnos muy bien los pies.
Es bueno alzar los ojos en la noche oscura y percatarnos de lo extraterrestre. Ya ves que no da miedo. Emociona.
¿Y están siempre ahí – también de día?.
Sí, de día no las vemos deslumbrados por nuestra estrella Sol, pero ellas nos ven a nosotros.
¡Tráeme una!, ¡Quiero una!
¿Para que?, todas son tuyas y todas son de todos. Y nosotros somos de ellas.
¿Cómo son mías?
Levanta los ojos al cielo y recibe su luz, ella ya te está dando - ¡es tuya!
¡Sí, sí es mía!
Que generosa es ¡verdad!, nos da a todos.
Sí, y aquella y aquella también es mía.
Me siento llena de luz.
Ahora cierra los ojos y su luz quedará atrapada en tu mente y cuando las nubes no te dejen ver su luz, cierras los ojos y dejas que su luz vuelva.
Siempre estarán contigo.
Las estrellas están en mí. Nunca estaré sola.
Sí pequeña Iria, nunca estarás sola ya eres parte del Universo.

© csl 270899

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