Se formó el concepto de mi de
dos partes que se ansiaban y en un instante se desencadenó la inevitabilidad de
la naturaleza de mi vida, ambas con la inicialización de los programas que van
a permitir que sea yo quien soy,
Sensaciones extremadamente
delicadas y débiles, poco definidas, burdas en su calidad pero arrolladoras en
principio. Es la salida del viaje de la vida en el cuerpo que aún se está
formando y que lenta y vertiginosamente avanza hacia su fin. Poco a poco vamos
incrementando nuestro poder sensorial y consciente; nos acercamos al exterior preparándonos
para un gran paso, la vida libre.
Debí sentir la única y
desagradable sensación de haber hecho algún esfuerzo extraordinario y notar la
presencia de cuerpos duros así como una terca gravidez me pegaba siempre hacia
el suelo. Una tenue claridad al principio y después fuerte percibían mis ojos,
y aquél obstinato constante se había interrumpido sobresaltándome ahora por los
bruscos y desacompasados ruidos que llegaban a mis oídos. Físicamente estaba en
la etapa más sensible y delicada de mi vida. Noté por vez primera como mi piel
se había secado, lo que hacía un momento hubiera sido algo inédito, que el aire
entrará en mis pulmones, ahora era ya un mecanismo automático apenas
imperceptible y tanta y tanta sorpresa es que.....¡había nacido!..... y
amaneció un nuevo día con su frio velo de bruma en su constante lucha con el
rey del día, que aquí donde estoy ahora,, pierde muchas veces la batalla, y un
olor suave y penetrante invade la realidad de la vigilia.
A intervalos regulares en el
tiempo, una magnitud todavía incomprensible, comencé a experimentar mis dos
primeras sensaciones antagónicas, la presencia de mi madre que tanto sosiego y
felicidad me daba y la ausencia de la misma con su frio y esquinado mundo.
Quizás fue mi primera sensación razonada.
Me encontraba en un mundo más
incómodo que el de antes, aquí nacieron mis necesidades que me producían un
reflejo en la garganta que me obligaba a gritar en un irritante y desasosegado
llanto que solo era calmado con el seguro y preciso ritmo de los latidos de un
corazón que de sobra era conocido para mí, y de una suave, caliente y húmeda
piel que me abrazaba, colmándome de gozo y me permitía sumergirme en el mundo
de mi mente donde los circuitos de las pautas de conducta pasan de ser un
esbozo para convertirse en una magna obra de ingeniería creativa que nos
condicionará siempre.
Me asustaba de mis propios
gritos, temía al vacío, hacia ruido en silencio, !me sentía vivo!, tuve frio y
me producía inquietud que intentaba evitar con algún movimiento.
Poco a poco el automatismo
que me procuraban mis actos reflejos fue aflojando su presión y comenzó la
tenue presión de la decisión inconsciente, pero ya decisión.
Aquellas sombras grandes y
pequeñas se fueron matizando aun en un mundo de blanco y negro y aparecieron
las formas, aquellos ruidos todos iguales, desconocidos, se hicieron más
fuertes o más débiles, aquellas pieles más calientes o "frias se tornaron
ásperas o suaves, iba creciendo!........
Mi empapada boca derramaba precioso
líquido claro, suave y amargo que tanto me agradaba produciéndome el primer
solapamiento del placer anulando al dolor que me ocasionaba la acción de mamar
en los labios.
Me acostumbre a aquel olor
peculiar y me costaba separarme de él hasta que aquel satisfecho sueño, en un
instante, se apoderaba de mí y me hacía revivir todas mis enormes experiencias
que atónito veía pasar por su ventana.
Mi circuitería crecía
basándose en datos recibidos, datos propios que entraban por mis periféricos,
me debí sentir responsablemente importante y cuanto más se completaba, más
descubrimientos, más datos recibidos.
Algo se debió esbozar en mi
mente en forma de tiempo cuando aquellos deseos convertidos en necesidades que
no se saciaban, se repetían y mantenía viva otra experiencia igual, debí
aprender a recordar, debí aprender a comparar.
Nunca me preocupe de mí,
aunque me sentía, me limitaba a vivir asombrándome de la vida misma, Aquella
formada sombra que apoyada en su olor y en su tacto tanto me regocijaba, pronto
aprendí a diferenciarla y cuando con ella estaba, algo mágico y palpable
flotaba, !era mi madre!.
Crecí mediante procesos
enormemente laboriosos, absorbiendo toda la información que tenía a mi alcance.
Mi mundo esquinado, frio y duro, mis sombras sin forma, mis ruidos sin tono,
mis pieles ásperas, se opusieron mediante esta exasperante terquedad por
acercarme al entorno suave, caliente, nítido y redondo; quizás fue mi primera
lucha que no acabará jamás hasta después del acto de morir.
Esta etapa nebulosa donde se
encuentran éstas primeras experiencias aprisionadas por el caudal de las
experiencias conscientes e influyentes en la consecución de la vida; pugnó por
alcanzarla bajando por la oscuridad y encendí la luz curiosa para verme a mí
mismo, me asome a mi interior y vi.
A mi hijo Carlos. -Un acto
de empatía-
csl.
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