Mucho se está hablando del desgraciado caso para la
afectada del ébola y todo el proceso se trocea y cada cual hace bandera de ese
trozo apoyándolo o condenándolo.
Si tenemos en cuenta los sucesos.
El ébola lleva en África más de 40 años, sin que las autoridades
sanitarias mundiales se preocupasen más de lo citado en algún artículo y memorándum,
sobre su existencia y repercusión en determinada zona geográfica.
Solamente y desgraciadamente para la zona geográfica
afectada el suceso de Madrid junto con el de Dallas es una gran noticia, porque
se moverán intereses políticos y puede que hasta económicos (como pasó con la gripe
aviar) para hacer algo que combata la miseria y el efecto del virus en el
organismo.
Destacar la valentía de tantos voluntarios que arriesgan
su vida continuamente porque así se lo pide su conciencia y porque quieren
ayudar, en último caso porque así lo han decidido.
Esto es lo que pasó con los misioneros y con Teresa
Romero.
Al margen de comparaciones odiosas con un espeleólogo español
en Chile y una médico española en Argentina, que no recibieron el trato de
repatriación.
A los misioneros españoles no se los debió trasladar a
España porque no estábamos preparados para ello, no porque no hubiera que
hacerlo, quizás a ellos y a otros (penados en cárceles americanas en
situaciones de alta precariedad) les asista el derecho de atención por parte de su país a través
de consulados y embajadas.
No había tiempo material para formar al personal
necesario, porque previamente algunos responsables decidieron eliminar a las
personas especializadas en situaciones infecciosas de alto riesgo de ese
hospital, quedando en el aire pero sin ningún soporte solo el nombre.
Los protocolos o procedimientos se diseñan para que los
que los tengan que utilizar no piensen, solo sigan el "guiaburros"
correspondiente; y en casos de más alto riesgo, el propio protocolo contempla
la necesidad de que una persona externa dirija (recuerde, supervise) los pasos
que tiene que seguir el afectado para que no olvide el orden de las cosas o
tenga en cuenta advertencias puntuales.
A las autoridades políticas hay que decirles que no
debieron traer a los misioneros infectados porque no estábamos capacitados para
atenderles, precisamente por los riesgos que corrían los que se iban a encargar
y porque previamente nos habíamos ocupado de desmantelar los recursos que teníamos y como se ha visto
así ha pasado. Recordarles que hay muchos otros españoles que también merecen
la atención del gobierno para ser atendidos.
Y que las inversiones y ayudas aunque parezcan que no
tienen efecto, si ayudan, por ejemplo ayudando con más recursos a los países en
la miseria de donde proviene todo esto.
Es ruin y miserable hacer valoraciones en el sentido de
exoneración de responsabilidad por parte de los políticos culpando a Teresa
Romero. Difícilmente se puede ser tan torpe. Espero que los ciudadanos tengan
memoria cuando los citen a las urnas.
csl.
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