21 de febrero de 2017

Claves para evitar el sufrimiento




Acércate al Budismo:
La lógica es aplastante, su belleza es su simpleza.
El Budismo encaja perfectamente en la situación actual de la era del conocimiento, por varias razones.
La figura central del budismo no es un dios, sino un ser humano: Siddharta Gautama; no es una religión monoteísta, en todo caso acepta varios dioses como seres "especializados" en resolver o potenciar determinados situaciones o atributos. No hay un dogma ni es necesaria la fe que crea en este dogma. Está más cerca de la psicología, del funcionamiento y comportamiento de la mente, es más humano, más a nuestro alcance.
La historia es hermosa, se trata de un ser humano Siddarta Gautama, que parece ser que vivió en el 500 a.c., príncipe heredero de una comunidad en un pequeño reino en la zona del Himalaya.
Un hombre sensible que reparó en que su responsabilidad como príncipe de esa comunidad, chocaba con una realidad que el constataba y que le preocupaba, como era la desdicha que parece ser anidaba en sus vecinos. "El joven príncipe estaba profundamente afectado por el sufrimiento que veía a su alrededor. Veía que hombres, mujeres, niños y ancianos sufren todos no solo por calamidades ocasionales, como la guerra o la peste, sino también por la ansiedad, la frustración y el descontento, todos los cuales parecen ser una parte inseparable de la condición humana. La gente busca riqueza y poder, adquiere conocimientos y posesiones, tiene hijos e hijas y construye casas y palacios. Sin embargo, no importa lo que consigan: nunca están contentos. Los que viven en la pobreza sueñan con riquezas. Los que tienen un millón desean dos millones. Los que tienen dos millones quieren diez. Incluso los ricos y famosos rara vez están satisfechos. También ellos se ven acosados por obligaciones y preocupaciones incesantes, hasta que la enfermedad, la vejez y la muerte les causan un amargo final. Todo lo que uno ha acumulado se desvanece como el humo.

La determinación de Siddartha Gautama, a los veintinueve años de edad, Siddartha Gautama huyó de su palacio en plena noche, dejando atrás familia y posesiones. Viajó como un vagabundo sin hogar por todo el norte de la India, buscando una manera de escapar del sufrimiento. Visitó ashrams y se sentó a los pies de gurús, pero nada lo liberó por completo: siempre quedaba alguna insatisfacción. Sin embargo, no desesperó. Se decidió a investigar el sufrimiento por su cuenta hasta hallar un método para la completa liberación.
Pasó seis años meditando sobre la esencia, las causas y las curas de la aflicción humana. Al final llegó a comprender que el sufrimiento no está causado por la mala fortuna, la injusticia social o los caprichos divinos.
La clave: El sufrimiento está causado por las pautas de comportamiento de nuestra propia mente.

En función de la situación, si la mente experimenta algo placentero o desagradable, el sufrimiento se produce cuando intentamos corregir la situación desplazándonos “mentalmente” hacia uno u otro lado. Si aceptamos la situación sin intentar corregirla seguiremos sintiendo el motivo por que la experiencia sea placentera o desagradable, pero no añadiremos sufrimiento.
Lo cierto es que la aceptación de la situación genera pasividad y falta de ansiedad por llegar a algún sitio.
El origen real del sufrimiento es la búsqueda continua e inútil de sensaciones fugaces, que hace que estemos en un estado de tensión constante, de desazón y de insatisfacción. Debido a esta búsqueda, la mente nunca está satisfecha. Incluso cuando experimenta placer no está contenta, porque teme que esta sensación desaparezca pronto, y anhela que dicha sensación permanezca y se intensifique.
La gente se libera del sufrimiento no cuando experimenta este o aquel placer pasajero, sino cuando comprende la naturaleza no permanente de todas sus sensaciones y deja de anhelarlas. Este es el objetivo de las prácticas budistas de meditación. En la meditación se supone que uno observa de cerca su mente y su cuerpo, presencia la aparición y desaparición incesante de todas sus sensaciones, y se da cuenta de lo inútil que es intentar conseguirlas. Cuando la búsqueda se detiene, la mente se vuelve más relajada, clara y satisfecha”.
“De animales a dioses” autor.- Yuval Noah Harari”
Una de las técnicas que utiliza el budismo para liberarse del sufrimiento es la meditación y se ayuda de estrategias como el yoga y otras disciplinas para facilitar la concentración y el fin último de la meditación.
Las claves, -Siddarta-, fue un ser humano, sensible, que detecto el sufrimiento en el ser humano e investigó llegando a una serie de conclusiones; Para resolverlo, ¿que puso en marcha?. Entre ellas, Resumió sus enseñanzas en una única ley: la dharma o dhamma, -el sufrimiento surge del deseo; la única manera de liberarse completamente del sufrimiento es liberarse completamente del deseo; y la única manera de liberarse del deseo es educar la mente para experimentar la realidad tal como es-. Buda pasó el resto de su vida explicando sus descubrimientos a otros, para que todos pudieran liberarse del sufrimiento.
Siddarta lo consiguió, alcanzó el nirvana (apago todos sus deseos) y se convirtió en un Buda (Iluminado)
Esta ley, conocida como dharma o dhamma, es considerada por los budistas como una ley universal de la naturaleza. Que «el sufrimiento surge del deseo» es verdad siempre y en todas partes.
El primer principio del budismo es: «El sufrimiento existe. ¿Cómo me puedo liberar de él?».
Hay algo más actual.
“El problema, según el budismo, es que nuestras sensaciones no son más que vibraciones pasajeras, que cambian a cada momento, como las olas del océano. Si hace cinco minutos me sentía gozoso y con un fin determinado, ahora estas sensaciones han desaparecido y quizá me sienta triste y abatido. De modo que si quiero experimentar sensaciones agradables, he de buscarlas constantemente, al tiempo que alejo las sensaciones desagradables. Aun en el caso de que tenga éxito, tengo que empezar de nuevo todo el proceso, sin siquiera obtener ninguna recompensa duradera por mis esfuerzos.
¿Por qué es tan importante la obtención de estos premios efímeros?
¿Por qué esforzarnos tanto para conseguir algo que desaparece casi tan pronto como surge? Según el budismo, la raíz del sufrimiento no es ni la sensación de dolor ni la tristeza, ni siquiera la falta de sentido. Más bien, el origen real del sufrimiento es la búsqueda continua e inútil de sensaciones fugaces, que hace que estemos en un estado de tensión constante, de desazón y de insatisfacción. Debido a esta búsqueda, la mente nunca está satisfecha. Incluso cuando experimenta placer no está contenta, porque teme que esta sensación desaparezca pronto, y anhela que dicha sensación permanezca y se intensifique.
La gente se libera del sufrimiento no cuando experimenta este o aquel placer pasajero, sino cuando comprende la naturaleza no permanente de todas sus sensaciones y deja de anhelarlas. Este es el objetivo de las prácticas budistas de meditación. En la meditación se supone que uno observa de cerca su mente y su cuerpo, presencia la aparición y desaparición incesante de todas sus sensaciones, y se da cuenta de lo inútil que es intentar conseguirlas. Cuando la búsqueda se detiene, la mente se vuelve más relajada, clara y satisfecha. Siguen surgiendo y pasando todo tipo de sensaciones (alegría, ira, aburrimiento, lujuria), pero cuando uno deja de anhelar sensaciones concretas, estas se aceptan sencillamente por lo que son.
Uno vive en el momento presente en lugar de fantasear acerca de lo que pudo haber sido.
La serenidad que resulta es tan profunda que los que pasan su vida en una búsqueda frenética de sensaciones agradables apenas pueden imaginarla.
Es como un hombre que permanece durante décadas en la playa, abrazando algunas olas «buenas» e intentando impedir que se desintegren, mientras que simultáneamente aparta las olas «malas» para evitar que se acerquen a él. Un día tras otro, el hombre sigue de pie en la playa, volviéndose loco con su ejercicio infructuoso. Finalmente, se sienta en la arena y simplemente deja que las olas vengan y se vayan a su antojo. ¡Qué apacible!
 (sic de “De animales a dioses” autor.- Yuval Noah Harari)”.
Nota.- El budismo comparte muchas ideas con la espiritualidad Vedica, teniendo en cuenta que el yoga es un tipo de meditación incluyen numerosos tipos de meditación con forma y sin forma e incluyen técnicas de respiración-meditación.
csl.


1 comentario:

  1. Este post enlaza perfectamente con el objetivo de "encontrar la felicidad", porque podemos considerar a la felicidad como la falta de sufrimiento y entendiendo una podemos reforzar la otra.

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