Foto de Miguel Bruna en Unsplash
El sistema, la democracia, el poder
El poder político, actúa sobre la organización de la sociedad y tiene unas normas que están recogidas en una constitución. La ventaja de ese poder es poder utilizar la administración de los recursos del país y la posibilidad de ir creando el manual legislativo (las normas que redactamos para mejorar nuestras vidas y aumentar nuestro estado de bienestar) que los jueces tendrán como referencia para cumplir con su misión. El que otorga este poder son los ciudadanos con su voto. Pero también podemos comprar las libres decisiones de los ciudadanos con el poder económico. El incumplimiento de los deberes de los que ejercen este poder nos conduce a la corrupción.
El poder mediático, actúa sobre grupos de la sociedad e influye en cuestiones empresariales de ventas masivas, selectivas o influencia social, como aceptar desviaciones morales y éticas que no tienen un pase en la lógica internacional. Está regulado de manera poco consistente quedando más en manos de la ética personal, con algunas limitaciones recogidas en las normas judiciales. Los medios de comunicación que influyen sobre las tendencias de los ciudadanos son los que pueden manipular informaciones para confundir a los ciudadanos y poder así decantar decisiones hacia sus intereses o intereses de otros. Actualmente entra en escena las redes sociales, lugares digitales de transmisión de mensajes con los que cualquiera puede interactuar, dando su opinión o sumándose en acuerdo a las de otros. Esta facilidad es la que las hace virales.
Alguno de los términos de moda son la información y la desinformación consciente, procurando confundir y engañar a los receptores de esta comunicación
El poder económico, es el principal poder del sistema, el superpoder, todos los otros poderes apuntan hacia este para tener una posición ventajosa y privilegiada o para comprar sus morales, éticas y controles. Es el origen de la mayor parte de las corrupciones y debería tener controles morales y éticos, contundentes y transparentes. Además, es el poder comodín, a través de él se utiliza y corrompe el resto de los poderes. Es muy cándido pensar en la moral y ética en manos de la voluntad de cualquiera sin otro control o supervisión.
El poder judicial, debería ser el poder garante de los otros poderes. Intervenir en este poder es restar a todos los otros y contaminar todo el sistema. Tendría que estar dotado de una buena autocritica y autorregulación. Presumen de independencia cuando formado por ciudadanos están expuestos a las mismas “tentaciones” que el resto, pero las consecuencias son muy distintas. Por esta razón tiene mucha importancia como se eligen los que lo van a ejercer.
Las leyes hay que interpretarlas por lo que es muy importante el contexto, de hecho, cada ley debería ir acompañada al espíritu de la ley que en el momento de su redacción y aprobación primaba en los legisladores. Esto no debería ocasionar desambiguación severa, de forma que las correcciones que se pretender aplicar vayan en contra del propio espíritu de la ley.
Poder militar, es un poder subordinado y está supeditado al poder político y debería ser el garante de la constitución. Cuando pasa por encima de este otro poder se produce un autoritarismo obligado qué acaba en una dictadura.
La perversión del sistema
Los ciudadanos cuando van a votar eligen al poder político, pero algún político les puede meter un billete de banco junto a su papeleta en el bolsillo y además les fleta un autobús para que se puedan desplazar al lugar de votación. Y ya que estamos de excursión montamos una fiesta. ¡¡Quien se apunta¡!
csl
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