Una vez mas, lo hemos vuelto a hacer, pero no es una
clase de plástica. Que poco aprendemos y con más dolor para mí por la
proximidad de los profesionales que tomaron las decisiones que, miopes, no
vieron más que fuego en algo flotante que al final lograron apagar y hundir.
Ahora a 2400 metros de profundidad, el pesquero ruso dejará escapar durante décadas
hilillos de plastilina que acabaran en alguna playa, en alguna costa. ¿Les suena?.
Hace años cuando en nuestras conciencias no anidaba la
precaución del medio ambiente, las acciones contra el mar, contra los ríos,
etc. nos parecían irrelevantes. En las playas batidas de Doniños, San Jorge y
Cobas en ocasiones encontrabas o te manchabas con una bola de chapapote, era
como algo normal por lo esperado. Ya entonces la mar vomitaba lo indigesto que
nosotros le lanzábamos sin ningún pudor con la esperanza de que se diluyera
entre tanta masa, era como tirar una piedra cuando somos muchos, por la
esperanza que no se note.
Hoy la realidad es muy distinta y tenemos una reserva de
plástico descomponiéndose lentamente en zonas del Pacifico de millones de
toneladas, y continuamos utilizando y contaminando con bolsas de plástico. No
nos importa el deshielo del Artico, y sus consecuencias que para algunos serán
terribles. Cambiaremos, si pero de una manera traumática, no entenderemos otra
razón. Se nos puede aplicar esa justicia.
Hace unos días hablaba "El derroche americano", de la desconsideración de los
norteamericanos en el uso irracional y desmedido de los recursos Sr. Obama, Usa lo
hace, pero el planeta no puede, contaminando gratuitamente y sin ningún tipo de
regulación probablemente porque va en contra del mercado.
Que dirán cuando se cumpla la predicción de la nueva línea
de la costa, una vez sumergida la península de la Florida, la línea de la costa
retrocederá hasta Carolina del Sur.
csl.