12 de junio de 2010

BURKA, CHADOR y NIQAB



  
Estamos desde hace un tiempo en Europa dándole vueltas a como regular el uso del burka, chador y niqab. En algunos países hasta se habla de referéndums nacionales.

Desde el punto de vista ciudadano, es decir desde la convivencia en Sociedad y sin otras consideraciones, les parece normal ir por la calle y encontrarse con gente encapuchada o con máscaras o pasamontañas?, pues parece que no; porque atenta contra la seguridad no saber con quien te cruzas, por que da la impresión que ocultan algo que no se quiera que se sepa. En la Sociedad en la que vivimos nos identificamos por el rostro, y lo ocultamos para realizar algún acto ilegal para que no se nos reconozca. En definitiva excepto aquellos grupos que lo tengan que llevar por razón de su cometido, casco para los motoristas cuando circulan, policía, bomberos, alguna fiesta concreta, como carnavales, que ya ha traído mas de un problema precisamente por esto, etc, pues no es razonable ocultar el rostro.

Pueden ser estas razones u otras suficientes para llevar el rostro al descubierto, pues si es así, legíslese así y no hagan una ley ad hoc para el burka,el chador y el niqab, aduciendo otras razones que tendrán otras respuestas. Y esas respuestas están en las Cartas Magnas de los Estados y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Porque corremos el riesgo de ir corriendo al decreto para regular el sombrero de moda que ha diseñado el modisto de turno y que también cubre el rostro.

En la cultura occidental no solemos entrar en guerra y secuestrar a las mujeres en edad de procrear por lo que en la actualidad pueden ir con el rostro descubierto sin ese riesgo.

En los últimos tiempos es muy frecuente confundir las cosas y los términos, haciendo uso de un intervencionismo innecesario. Vivimos una etapa mediocre.

En un estado laico o aconfesional no caben en los centros de carácter público colgar logotipos como crucifijos, medias lunas, candelabros, etc. Y esto lo entienden los acólitos de los logotipos que a poco pudor que tengan y al ser algo tan íntimo y privado como proclaman hasta les puede producir una cierta violencia, cuanto más a los laicos y agnósticos.

En cuanto al respeto de las culturas y tradiciones no se pueden imponer sobre el interés general y menos sobre la seguridad general, para ello facilítense que lo hagan en sus ámbitos privados para darles satisfacción y respeto a lo suyo, siempre y cuando no interseccionen con otras libertades.

© csl

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