18 de agosto de 2010

Como convertir una buena noticia en mala


Hace unos días con motivo de la visita de Zapatero a los Reyes en Marivent, éste hizo unas declaraciones entre las que había una buena noticia.

Cuando se tuvieron que tomar las decisiones del prioritario recorte del déficit público, una de ellas afectaba a la inversión pública que se veía importantemente recortada, esto supuso que muchos se preocuparan por el efecto de freno y consecuente ralentización de la recuperación económica, hasta aquí todo entendible por ambas partes, en el caso del Gobierno en aras de un mayor logro, el de la confianza de los mercados.

La buena noticia es que cuando se tomó la decisión de recorte de la inversión en obra pública los intereses del pago de la deuda eran de un porcentaje determinado, 3 meses después este porcentaje ha bajado. El diferencial correspondiente es favorable y estos recursos que ahora tenemos y no contábamos con ellos, decidimos ponerlos en el monto de obra pública para ayudar a tirar hacia delante a la economía, y de paso reducir la preocupación razonable de los efectos del recorte.
De la noticia podemos deducir que ahora estamos mejor que hace unos meses y que ese resultado lo reinvertimos en lo que hemos recortado en la procura de estar mejor. Buena noticia.

Después del fallo generalizado de la previsión de futuro de “gurús” económicos y financieros y otros “pitonisos” menores, el ponerse en la situación mas desfavorable es un acto de valentía (porque hay que comunicárselo a la sociedad que lo va a sufrir) y hay que tener la capacidad de ir corrigiendo según el tiempo nos va poniendo en su sitio. Ahora los sucesos se van produciendo así a golpe de días o semanas.
Puedo aportar la “gran sorpresa general”, en el mundo especializado, al conocer que Alemania cerró el segundo trimestre con un crecimiento del 2,2 %. Así estamos.

Continuando con lo nuestro, las reacciones como siempre, variadas e interesadas. Desde la improvisación del Gobierno desnortado, a la descalificación permanente, a la negativa reacción de los mercados que con la ayuda de un hecho coyuntural producido en USA de boca del Sr. Ben Bernanke provocó una fuerte corrección en todas las bolsas mundiales que los que se apuntan a perder achacaron a unas declaraciones inconcretas y “de puntillas” del Presidente del Gobierno, como si España de repente se convirtiera en la principal economía observada. Lo cierto es que para algunos no hay noticia buena.

Menos mal que tenemos a una Sra. Discreta, elegante, inteligente y serena que en unos segundos de intervención puntualizó lo que parecía desembocar en otra alarma social, sin dar opción a ninguna otra “magulla”.
Algún día tendremos que agradecer a esta Señora lo que está haciendo dentro y fuera de España. Sé que esto ahora no vende, estamos muy alporizados (alterados), y ese día aún está lejos.

© csl 120810

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