21 de julio de 2011

El Capitalismo desbocado


Después de las numerosas advertencias fundadas de la insostenibilidad del sistema, la propia naturaleza comienza a corregir los excesos.

El cambio climático está pasando de ser una advertencia de los científicos en los medios de comunicación, a tímidas manifestaciones de lo que denominamos desastres naturales.

Deberíamos cambiar el lenguaje a la hora de referirnos a lo que ocurre en la naturaleza.

Decimos que la naturaleza se defiende subiendo un metro el nivel del mar, cuando todos sabemos que si los polos están cubiertos de hielo y este hielo se derrite irá a parar al mar y subirá su nivel. Si un oso polar vive entre los hielos y se alimenta casi en exclusividad de focas y éstas desaparecen, el oso también desaparecerá. Es más bien obvio.

El Capitalismo es un sistema económico y para que funcione necesita consumir, y ha desarrollado técnicas para favorecer el consumo:


La publicidad que comenzó como difusión y acaba con técnicas persuasivas que atentan contra la libertad individual, llega hasta lo subliminal; y todo ello para crear una necesidad inexistente.

El crédito que nos permite adquirir lo que no necesitamos pagando con lo que no tenemos, dándonos la facilidad de obtenerlo en cualquier momento a través de una tarjeta de plástico.

La obsolescencia programada, es decir la caducidad de lo no perecedero. Comenzaron con las bombillas, ahora está presente en la mayoría de los productos.

Los límites al crecimiento, los límites al consumo.

Estamos hartos de oír que el pescado se acaba, que el petróleo se acaba, que tenemos que ir buscando alguna alternativa para poder encender la luz, el ordenador, el CD, la lavadora, el frigorífico, la cocina, el lavaplatos, el calentador, no sigo.

Ahora ya nos preocupa el agua y dentro de nada el aire.

Existe un término que intenta cuantificar los límites, - La huella ecológica -, de manera global se estima que precisamos por cada habitante del mundo, una media de 1,8 hectáreas bioproductivas para alimentarse todo el año. (Se me ocurre pensar en cómo producimos los pepinos en Almería, o como regamos los campos de golf de diseño escoces en Murcia).

Pero claro esta superficie depende de la calidad de la tierra. No descubrimos nada nuevo pues hace muchos años que en Galicia la tierra no se mide en m2, sino en ferrados, y mira por donde los ferrados de las tierras buenas, que producen más, tienen menos m2 que las tierras malas que producen menos. Y como pasa con todo, este término se está perdiendo pues ahora las tierras no las queremos para cultivar, las queremos para construir y convertirlas en dinerito.

Y ya lo decía el autárquico John Seymour en su maravilloso libro "La vida en el campo", libro que algunos "románticos" tuvimos como libro de cabecera. Nos daba instrucciones para alcanzar la autosuficiencia con la finca de media hectárea (2 personas) y la finca de dos hectáreas (6 personas). Planificado para la calidad de las tierras inglesas.

La cuestión es poner el límite, y siempre llegamos tarde y además nunca reparamos el daño.

En septiembre de este año llegaremos a 7000 millones de habitantes en el planeta.

Aunque decimos que el Capitalismo es un sistema económico, nos referimos a él como el Sistema capitalista que lo abarca todo, lo social y demás sutilezas.

Como dice Carlos Taibo, donde está la cohesión social, los servicios públicos razonablemente solventes, el empleo, la igualdad. El "sistema" ha convertido todo lo social a económico. Os suena lo que le va a costar al sistema sanitario la generación de obesos. ¿Será que la naturaleza se defiende?.

La crisis económica actual es otra de las manifestaciones de la naturaleza. Cuando los alimentos alcancen un precio impagable será otra manifestación de la naturaleza.

Lo de Somalia también es otra manifestación de la naturaleza. Curiosamente resolveríamos el problema si les hacemos llegar nuestra basura orgánica urbana.

Para que nos empecemos a concienciar y tomar medidas de verdad, para cambiar el pesimismo y el trauma que nos espera creo que tendremos que indignarnos mucho más.

Y podríamos empezar por nosotros mismos, cambiar nuestras metas y ambiciones que exageran nuestras posesiones, sean canciones, coches o casas. Moderar nuestro propio consumo de energía, agua y alimentación. Hacer mas uso de nuestro cerebro y poner riendas al caballo de consumo que nos hace mas dependientes de los demás y nos priva del control de nosotros mismos.

Denunciar los excesos que algunos sin ningún pudor realizan a nivel personal e institucional.

Y exigir a las autoridades que nos organizan y administran que si no podemos cambiar de sistema porque no hay otro, si hay muchas medidas que tomar, que pueden paliar un menor consumo. Que podemos volver a dotarnos de valores actualizados que contribuyan a acercarnos a la felicidad, porque lo que es esto.

csl.

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