La pregunta para este año 2013 que el prestigioso sitio de
Internet http://www.edge.org plantea, es la
siguiente:
WHAT *SHOULD* WE BE WORRIED ABOUT?/Cual debería ser nuestra
preocupación/ De que deberíamos estar preocupados.
Como imagino es un acceso difícil el tener un hueco en tan
distinguida e intelectual página, me atrevo a reflexionar en mi idioma el
español sobre mi preocupación y publicarla en mi blog.
Esto es una exposición de su original, pensado, escrito y en
el contexto español que está a disposición de aquellos que necesiten de una
mayor precisión en el origen de las cosas en:
Debería preocuparnos la falta de alternativa al sistema
económico capitalista. Y en todo caso el establecimiento de medidas correctoras
¿hay alguien ahí?
El ocaso del sistema.
Asistimos impertérritos al ocaso que nos sobrepasa en todos
los ámbitos, con la sensación de que es algo importante, pero atenazados
porque no conocemos las consecuencias de
si su trayectoria, nos deja en un ¡Ay!, con el miedo de que nos pregunten “que
nos pasa”, ante la desolación de no saber que responder.
Es tal la envergadura del problema que nos sentimos
apabullados para darle una explicación, imagínense una solución.
Previamente, en el tiempo, se ha dado unas circunstancias
que pueden explicar el ámbito al que nos referimos y que prácticamente afecta a
todo.
No olvido lo tapado por una crisis internacional que nos
mantiene muy ocupados con asuntos tan familiares como la prima, los índices,
etc. y que no nos dejan ver el impacto mundial del cambio climático que ya ha
comenzado y que no es inmediatamente reversible. Pero si inmediatamente efectivo.
Sigue El comodín dinero. Un post escrito en 2.002.
EL
COMODÍN DINERO
La
experiencia nos confirma que los logros alcanzados por unas sacrificadas
generaciones, son disfrutados y desvirtuados por las siguientes lasas
generaciones provocando una sensación impotente al observar que los objetivos
puestos en estas nuevas generaciones no se cumplen - se consumen -. No es una
marcha atrás porque nunca se volverán a dar las mismas circunstancias.
Es como
si no supiéramos cuidar de la herencia transmitida. El esfuerzo hecho en lo
conseguido es todo nuestro esfuerzo. El cuidado de la herencia lo abandonamos.
Las
nuevas generaciones gastan sin esfuerzo. Lo tienen porque está ahí, no tienen
que esforzarse para conseguirlo y lo consumen sin sacrificio o contrapartida
alguna. No vale nada para ellos.
Vivimos
tiempos encontrados y desencontrados. Vivimos rápido, angustiados y ansiosos. Y
aceptamos lo que nos dictan apenas sin darnos cuenta, sin conciencia. La
velocidad de la vida nos produce vértigo y es muy difícil apearse. Los sentidos
se embotan, perdemos objetividad y capacidad de análisis.
Cada
vez soportamos más dependencias que están vinculadas con otras dependencias.
No tenemos tiempo para ocuparnos del camino
por donde nos han metido, ni a donde conduce.
Nos
proponen en la misma clave a todos los valores, libertad, justicia, bienestar
social,... .Pretendiendo con esto un estado de convivencia personal y social,
próximo o en el camino del equilibrio y la felicidad.
La
clave propuesta es el dinero.
Así el
bienestar social lo conseguimos con dinero, el coche ya no es para trasladarnos
ni tiene porque durar.
La
obsolescencia programada es la ocurrencia para fomentar el consumo a expensas
del medio ambiente, puedes leer un artículo en:
El
objetivo es que la rueda no se pare , haremos de todo, hasta inventarnos un
mercado nuevo (la globalización) y venderemos Coca-cola a los desnutridos en
Africa.
El
aparcar el coche que compramos lo hacemos con dinero.
El
circular por las autopistas lo hacemos con dinero.
Los
políticos que votamos pierden toda imaginación y esfuerzo y solucionan los
problemas de las ciudades, perdiendo el espíritu de la solución, lo hacen
exigiéndonos más dinero.
El
problema del aparcamiento se soluciona subiendo el precio de los parkings y
construyendo parkings por los que hay que pagar. Pagamos el Parking y pagamos
la estancia.
Las carreteras
rápidas y seguras son de peaje, las otras están atascadas, con curvas
peligrosas y en peores condiciones.
Un
derecho fundamental como la Justicia que consta en las constituciones
perfectamente definida en su concepto, objetivo y ámbito de aplicación se ha
reconvertido su valor, su esencia, a la clave comodín, el dinero, para su
funcionamiento y aplicación. Llegando a situaciones realmente grotescas y
transparentes a nuestras conciencias.
Un
acusado de enriquecimiento ilícito, “culpable”, puede salir provisionalmente
con la fianza pagada con el dinero apropiado y pagarse la mejor defensa posible
con ese dinero y tentar la honorabilidad y honradez del que decidirá su suerte,
con ese dinero, pues a todos no nos defienden ni juzgan igual.
Que
aire fresco respiramos cuando en la ejecución de las sentencias encontramos
restitución a la sociedad a través de trabajos y acciones que tienen que ver
con la falta, y que reeducador y reparador resulta esta decisión.
Lo
cierto es que en el día a día de la vida encontramos numerosos ejemplos de
soluciones fáciles reconvertidas al dinero que nos abocan a más vértigo, más
ansiedad, más angustia, más inseguridad y más insatisfacción.
La
telaraña se hace más tupida y ejerce más presión.
Este
camino que hemos iniciado ya hace unos años nos lleva de manera exponencial,
geométrica a una mayor y total dependencia del dinero.
El
piso, el coche, la embarcación, la segunda casa, el empleo,...
Lo
tenemos que defender en la misma clave, el dinero. Alarma para el piso, el
coche y la embarcación. Un cierre alto y rejas en la ventana para la segunda
casa.
Las
alarmas las ponemos en el piso, el coche,... y también en nuestro cerebro, las
rejas las ponemos en nuestra vida.
Rejas
extrapolables a Urbanizaciones, Ciudades, Regiones, Países y Continentes –
Véase USA y nosotros España, detrás - .
Defender
el empleo de los “trepas” a toda costa, mintiendo más que ellos, embaucando,
proponiendo más, cediendo más en derechos, ...
Nos
convierten en “miserables light”, todo a costa del éxito personal y la posición social.
Los
intangibles también juegan:
Pagar
en efectivo o por tarjeta. Pagar al contado o a plazos.
La
publicidad se encarga de convencernos con el noble y legal criterio de que es
lo mejor para nosotros y de ese modo decidimos en libertad.
Pero lo
cierto es que no somos libres para decidir porque nuestros inputs embotan
nuestro cerebro y nos chantajean en nuestro razonamiento.
Esos
inputs, como la publicidad, también son nobles y legales. Tendencias comunes,
modas, corrientes, excepción social.
Terapia
de grupo legal en beneficio la mayor parte de las veces del consumismo.
Cuantas
veces valoramos como algo excepcional que un vendedor nos aconseje no comprar
algo que él nos vende y de lo que vive, en un alarde de inusitada honradez.
“¿Oda a
la estupidez?” o lección ética.
El
sistema al que ya pertenecemos se realimenta a sí mismo y crece
exponencialmente pero tiene un límite, el mercado.
Hace
unos años los índices económicos venían diagnosticando una saturación de ese
mercado, pero el planeta es grande y los gurús de este tipo de economía, pocos
otros tipos de economías existen, economía extensible a todos los ámbitos
después de convertir la mayor parte de los valores en dinero y manteniendo un
equilibrio con la cuerda muy tensa entre lo social y lo económico, pensaron que
el mercado es mucho más grande.
El
planeta está hace tiempo dividido en términos económicos, en 1er. Mundo, 2º
mundo, 3er. Mundo, ...
La
situación pasaba de ser grave y decidieron “”invertir””, (las dobles comillas
están puestas conscientemente), en los otros mundos y aprovecharon una especial
coyuntura como la del abaratamiento (saldo) de las comunicaciones a través de
la evolución de la informática para inventarse la Globalización. De esta forma
la inversión resulta más barata y el mercado si lo ampliamos nosotros lo hacemos bajo nuestro
control, es decir sin perder margen de beneficios. Imponiendo las condiciones y
llevando a esos países “subdesarrollados” el intenso “bienestar” del que
disfrutamos en las sociedades más poderosas económicamente del planeta.
Reconvirtiendo así a los paganos económicos a la religión económica imperante.
Un poco
más de aire fresco.
Lo dicho
en el párrafo anterior no es del todo exacto. Lo que se espera por parte de los
responsables de la economía mundial es que el margen de beneficios sea
descomunal. Sin embargo aparece en escena un colectivo inesperado que le dan en
llamar Movimiento antiglobalización, aunque “por ahorrar” omiten el adjetivo
económica. Este movimiento se pone de frente a esta maniobra reivindicando que
la Globalización debe ser total, es decir , educativa, cultural, sanitaria,
política y económica.
Y que
en los tiempos en los que vivimos “curados de espanto”, se enfrentan con los
policías y seguridad de los países que alojan reuniones de estos gurús.
Como
humanista en el sentido literal del término. La economía tiene su peso en la
ponderación del auténtico estado del bienestar del género humano pero hay más
factores que entran en esa ponderación.
Cada
factor tiene su valor intrínseco en sí mismo y no es convertible en términos
económicos, porque pierde su esencia.
Que les
pregunten a los ingleses por su sistema de salud antes de Margaret Thatcher y
después de ella.
Nosotros
los españoles también sabemos de esto cuando antes de la Democracia decíamos
“Hay que ahorrar por si una enfermedad”.
La
esencia de los valores apuntala un estado de bienestar.
No hay
que volver atrás para recuperar estos valores. Debemos reivindicarlos desde
nuestra situación actual y cuanto más tiempo transcurra será más difícil y más
traumático porque nuestra escala de valores se está convirtiendo en una
exclusiva escala de valor en Euros o en Dólares y eso nos llevará
indefectiblemente a un amargo y cruel fracaso en el ámbito de ese buscado
estado de bienestar.
Huyamos
de objetivos exclusivos como ser de los primeros países económicamente situados
en el mundo, si solo es eso no nos aportará nada bueno. Exijamos que eso no sea
lo prioritario. Pero sí la educación y una educación humanista que nos forme
como humanos para la vida y no para tener éxito exclusivo en lo económico,
también en lo que además forma parte de la vida, alimento, sexo, salud,
relaciones sociales (comportamiento, solidaridad,...), justicia, etc.
No
permitamos que a los que decidimos que nos representen, administren y articulen
nuestra sociedad anulen estos valores y los transformen en dinero.
¿Qué
mérito tienen?
Nos
traen la ruina personal.
Nos
amordazan y esposan sin poder reaccionar.
Reivindiquemos
una buena lógica en beneficio de lo humano, no admitamos la respuesta, que en
política la lógica no funciona. Es una burda y torpe respuesta que niega el
intelecto y avala su falta de imaginación y trabajo.
Las
multas por faltas a la ley (norma), las fianzas judiciales para la libertad
condicional, las indemnizaciones estatales y personales. Caldo de cultivo para
las recomendaciones interesadas "enchufes".
Así nos
despachan con soluciones en clave dinero lo que debería tener otros valores.
Los que
nos representan porque tienen nuestra confianza deben trabajar para lo humano,
en todas sus facetas no para la exclusividad del dinero.
Exijamos
educación para la vida, justicia y justicia social, honradez y su medio de
control, transparencia.
Si no
nos proponen esto, será más de lo mismo. Permitiremos que nos vacíen de
contenido y nuestra vida perderá sentido.
Seamos
conscientes de nuestra fuerza, diluida en lo individual pero con valor en lo
colectivo.
Una vez
más hemos tenido que reaccionar ante las consecuencias. La globalización es un
fenómeno de las consecuencias al que hemos puesto nombre y al que la cultura
del dinero aprovecha para salvar una crisis de saturación de mercado,
encontrándose con la ampliación total del mismo, salvando perentoriamente la
situación. Pero no es la solución.
Volveremos
la mirada a la naturaleza para estudiar y escudriñar la autosuficiencia y el
equilibrio y tomaremos lecciones de ella.
Lo que
aquí se ha escrito no tiene por objetivo ir en contra de ninguna
individualidad, pero si en contra de propuestas selectivas que nos abocan a lo
que a muchos nos repele, mas diferencia social, menos igualdad.
Esto no
supone ir en contra de la libertad del individuo que no quiere llegar a más. O
no se merece más en términos de Justicia.
Pero no
caigamos en una falsa justicia que claudique en lo que teóricamente combate –
el dinero -.
Seamos
sensatos, reservemos 5 minutos de los avatares de nuestra vida y reflexionemos
sobre la incidencia de la economía en nuestras vidas y démonos cuenta que lo
polarizan todo.
En la
profundidad de nuestro corazón encontraremos la sinceridad que debiera guiarnos
por la vida. Encontraremos lo que echamos de menos y no podemos comprar con la
“piedra filosofal” en boga.
Hoy no
queremos que nuestros hijos sean equilibrados y felices en sus vidas a través
de sus propios valores.
Queremos
que tengan dinero. Un buen sueldo y una buena posición social basada en lo
económico y a costa de lo que sea, de esta forma pagamos los otros valores que
por cierto nunca conseguimos porque son valores descafeinados.
Si son
desgraciados y les va mal en la vida, cónyuges, amigos, compañeros de trabajo,
malas prácticas, ilegalidades, sustancias (alcohol, drogas), ese es su problema
no el nuestro y el de la sociedad.
La
experiencia nos dice que convertir valores humanos a lo económico no funciona
(desarraigo, endurecimiento de la conciencia, falta de solidaridad, depresión,
estrés, enfermedades mentales y cardiacas y un largo etc.) y si bien percibimos
que desde lo institucional se hace así, lo único que consiguen es frustración,
desorientación y reacción pasiva, marginación por negación de lo adoptado y
desvirtuado.
La
mayor parte de las veces los responsables dan la espalda a los afectados,
permitiendo el sufrimiento por la búsqueda y la identificación del yo pero sin
intervenir ni poner ningún activo paliativo.
La
sociedad institucional es lobo de sus individuos.
No
permitamos la amputación de los valores humanos
No
permitamos la conversión de los valores humanos al exclusivo valor del dinero.
Espoleemos
nuestras conciencias.
El
empobrecimiento humano nos hará desdichados.
Fin del
post.
Si,
esto fue escrito en 2002.
csl
27/01/02
¡Si,
hay alguien ahí!
Hay una
solución más o menos organizada, la economía del bien común – un modelo de
economía con futuro, infórmate.
Visítala y entérate con detalle de la idea central y si te
convence participa, de ello depende el cambio.
El
objetivo es contribuir al bien común, no al afán de lucro.
Sin embargo las soluciones están ahí, hay que utilizarlas de
forma individual. Es una revolución personal, de cada uno, interior y
prácticamente hay alternativa a cada escozor. Para ello tenemos que comenzar a
hablar y conocer. La idea de cambiar el sistema nos puede apabullar, pero a
nivel individual, tenemos la posibilidad de cambiar nuestro sistema, ¿Estás
preparado?.
Por ejemplo.- Quiero que mi dinero no acabe en paraísos
fiscales o en operaciones especulativas. Los recursos que puedo generar como
excedente a mis necesidades se utilicen para ayudar a emprendedores que generen
empleo, que traten por igual al hombre que a la mujer, que respeten el medio
ambiente en su actividad, que la diferencia de sueldo entre el que gana menos
con respecto a la que gana mas no pase de multiplicar por más de un diez.
Esto lo podemos hacer ya, es la banca ética como Triodos
Bank, Fiare, Coop57,…
Como consumidores, a la hora de comprar productos podemos
optar por la matriz del bien común productos de empresas que cumplen con lo
indicado anteriormente o por empresas de comercio justo que procuran pagar a
sus empleados un salario justo. Esto lo podemos hacer ya. Pues comencemos
nuestra revolución.
Quieres ver la matriz del bien común.
Mientras no podamos conocer que empresas se esfuerzan por
producir de forma sostenible, se esfuercen por ser respetuosos con los recursos
del planeta, fomentar la colaboración, la transparencia, etc. Nos queda comprar
en empresas de comercio justo.
Otra cosa y no menor que tenemos en nuestra mano es votar. Así
como en ocasiones hay que aprender a decir que no, también tenemos que aprender
que nuestra fuerza en una democracia es nuestro voto y esto logra cambiar
muchas cosas. Reflexiona sobre el voto, a quien se lo das y como te defiende.
No todos son iguales.
Beneficio y crecimiento por encima de los valores, la
evolución de la competitividad, la solidaridad, la cooperación, la transparencia,
no la competencia. Las opciones de la energía limpia, eléctricas, petroleras.
Competitividad vs cooperar.
Que el objetivo social de las empresas sea facilitar la vida a las personas.
Economía del bien común - Dice Francisco Álvarez Molina Ex
vicepresidente de la Bolsa de Paris.
Cuando alguien se expresa de forma que no lo entienden. La
mayoría piensa que es una persona de un conocimiento especial, “un Crack”.
Recordemos ¿Qué el BCE, el FMI y el Banco mundial?
No hacen nada para resolver los problemas de los ciudadanos
están al servicio de los poderes económicos que son los únicos que tienen
garantizado el bienestar. Pues ya es hora de cambiar esto, y es que si queremos
podemos. Te suena ¡Si se puede! Y es que ¡Se puede!. Somos muchos y un poco de cada
uno es mucho. Lo que quieren es que no lo hagamos, que nos mantengamos cada uno
por nuestro lado, pero si defendemos todos lo nuestro, tendremos nuestra
dignidad y nuestro bienestar.
Modelo económico del bien común -Christian Felber
Principios de la Economía del Bien ComúnLa economía del bien común se debe regir por una serie de principios básicos que representan valores humanos: confianza, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad, generosidad y compasión, entre otros.
Para los defensores de la economía del bien común, aquellas
empresas a las que guíen esos principios y valores deben obtener ventajas
legales que les permitan sobrevivir, frente a los valores del lucro y la
competencia actuales.
La economía real actual se mide el éxito económico con
valores o indicadores monetarios como el producto interior bruto y los
beneficios que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que vivimos.
Estos indicadores no nos dicen nada sobre si hay guerra, se vive en una
dictadura, si sobreexplotamos el medio, si se respetan los derechos humanos,
etc. De la misma manera una empresa que tenga beneficios no nos indica nada
sobre las condiciones de sus trabajadores ni sobre lo que produce ni como lo
produce.
El balance del bien común mide como una empresa vive: la
dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad
ecológica, la democracia con todos sus proveedores y clientes.7 Por ejemplo, si
la empresa promueve la esclavitud infantil, si hay desigualdad entre hombres y
mujeres, si las rentas de los trabajadores están diferenciadas...
Fuente: Wikipedia.
Finalmente, la evaluación de esos valores podrá permitir al
consumidor escoger los productos.
El que crea que en un mundo finito piense que el crecimiento
puede ser infinito, está loco.
El dinero como herramienta o el dinero por el dinero.
El sistema educativo educa para tener un buen puesto de
trabajo.
Mi trabajo de economista consiste en hacer que parezca
necesario lo intolerable.
Modelo económico del bien común – modelo de abajo a arriba.
En vez de arriba abajo.
EL PARADIGMA DE LA COOPETITIVIDAD por Unefa Núcleo Falcon. Una aportación muy
formal a la cooperación y competencia. Es intencionado el link para la visita
al blog de Unefa.
Solo Falta que alguien lo estructure y lo ponga en valor a
través de opciones a las que acogernos. Pero siempre tenemos algo que hacer a
nivel individual.
csl.
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